La rutina diaria de nuestra vida hace que demos por hecho las bendiciones que recibimos. Estamos tan ocupados en conseguir lo que nos hace falta, que no prestamos atención ni valoramos lo que ya tenemos. Esto hace que no demostremos gratitud a Dios ni las personas que nos rodean. Una vez al año, se celebra el Día de Acción de Gracias, y es un excelente momento para meditar y agradecer por lo que tenemos.
Si bien esta celebración solo dura un día, nuestra actitud de agradecimiento debe ser una práctica constante. 1 Tesalonicenses 5:18 (PDT) dice: “Den gracias a Dios siempre, porque eso es lo que él quiere para ustedes en Jesucristo.” Ese versículo nos enseña a mostrar gratitud incluso cuando tenemos problemas, y a no esperar que nos pasen cosas buenas para reconocer la soberanía de Dios. Cuando empezamos agradecer, en lugar de quejarnos o pedir, podremos ver la vida de manera distinta y comenzaremos a apreciar más los hechos de Dios.
Aprendamos a decir «gracias» más a menudo y seamos parte del grupo de personas que hacen y hablan como verdaderos seguidores de Jesús, y le dan las gracias a Dios por lo que hace (Colosenses 3:17).
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.