Es el Best Seller, de los Best Seller.
La fuente de sabiduría.
Nuestro manual de instrucciones.
La forma más directa que Dios tiene de hablarnos.
Lejos de tratar de definirla, no logramos detenernos a prestarle la atención que merece.
Cuando se trata del verbo lees hay un cierto rechazo hacia la biblia, con el mayor respeto que amerita, y se debe a que la mayoría cree que es un libro (aunque sea el conjunto de 66) aburrido, lleno de historias poco probables y en un contexto fuera del siglo que vivimos.
Entonces… quizá todavía no descubrimos quien está detrás de esas grandes historias de amor.
Puede que a ti, como a mí, nos cueste leerla todos los santos días. No logramos hacerlo disciplinadamente. Pero como un dicho afirma por allí, “todo depende del cristal con que se lo mire y entonces todo sea una cuestión de enfoque”.
Para poder ver a la biblia como lo que realmente es, necesitamos sacarle esa capa de religiosidad que la llena de polvo y buscar una manera distinta de recibirla. Por ejemplo:
- No comenzar a leerla con la disposición incorrecta. Puede que haya muchas cosas que no entiendas, pero no por eso Dios dejará de hablarte.
- Darnos la oportunidad de descubrir historias con las que nos sintamos identificados. En lo personal me gusta mucho la historia de Jael, una heroína del libro de jueces que mató a Sisara (enemigo de Israel) clavándole una estaca en la sien de lado a lado. Aunque no lo creas esa historia está escrita.
- Tomarnos el tiempo para dedicarle atención. No debemos hacer otras cosas a la vez.
- Buscar la manera de poder entender lo que Dios nos quiere decir a través de ella, hoy día tenemos como mínimo 20 versiones de la biblia. No hay excusas.
- Como todo en la vida, no podemos empezar las cosas de golpe. Si nos cuesta leer, no querramos terminarla en una semana. Démonos un espacio para ir poco a poco, con un versículo por día se empieza bien, pero hay que hacerlo.
- CVC LA VOZ tiene devocionales – Conexión Vertical – en la aplicación de la biblia para celular (YouVersion) donde cada día puedes leer una reflexión y en ella hay dos o tres versículos.
- Si hay algo que nos llama la atención indagar en ello. Recursos hay de sobra.
Esto no es ser eruditos, ni de tratar de entender a Dios porque eso sería una pérdida de tiempo (sus pensamientos son más altos que los nuestros. Isaías 55:9) es querer conocer a Dios a través de su carta de amor hacia nosotros. Todo lo que está escrito en la Biblia fue para nosotros, Dios inspiró a hombres imperfectos a que escribieran parte de su historia y algunos relatos para que aprendamos lo que sí y lo no que debemos que hacer.
En la Biblia encontrarás más que palabras, anímate a descubrirla y mirarla con otros ojos, puede cambiarte la vida!!!