Cada vez que veo cierto tipo de actitudes y comportamientos, tiendo a tener la misma reacción, desesperación y frustración. No se si quizás hayas pasado por algo similar y reaccionaste de la misma forma, o ya tienes una paciencia bien formada. Yo, aún estoy en proceso de fortalecimiento de mis capacidades en cuanto a la paciencia.
Aunque, déjame contarte algo, hace aproximadamente 6 años recibí una enseñanza que me marcó; un pastor me enseñaba que debemos ser mansos, mantenernos en paciencia y bondad, que debemos amar a nuestro prójimo y que estamos en un proceso de crecimiento constante que nos permite entender algunos temas de mejor forma y otros que no. Pero también me enseñó algo supremamente renovador, o por lo menos para mi lo fue, y espero que te ayude a ti también; y esto es que no todas las cosas, actitudes o comportamientos son aceptables, y que si bien es cierto que debemos brindar respeto y tolerancia, también podemos alejarnos de aquellas cosas que nos roban la paz y que muchas veces nos hacen perder los estribos.
La paciencia es una virtud invaluable, y cada persona que la posee o que la trabaja de manera incansable tiene toda admiración ganada. La tolerancia es clave para las buenas relaciones, en cualquier aspecto de nuestras vidas, y la mansedumbre es parte del fruto que estamos llamados a dar. Pero lo que quiero que te lleves de este artículo es que no tienes que dejarte influenciar por personas o situaciones que solo buscan robarte la paz, o simplemente son instrumentos de mal en tu vida. Debemos tener seguridad en que Dios nos ha dado las fuerzas para tener dominio propio y tomar medidas necesarias para sobrellevar las cosas y saber que todas las cosas nos ayudan a bien, y nos hacen mejores personas si a todo lo que nos pasa le sacamos provecho.
Cada día es una oportunidad nueva para mejorar como seres humanos, para crecer espiritualmente y para entender que nadie es perfecto, pero que no tienes que aceptar las cosas que no te ayudan, ni te hacen bien. Todo esto logrará hacerte más fuerte, sabio y seguir por un camino de crecimiento que dará muy buenos frutos.
¡Hagámoslo juntos! ¡Sí se puede!
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