En la Biblia encontramos varios pasajes que nos hablan sobre el perdón de Dios; pero a veces confundimos Su perdón con el que podríamos esperar de cualquier persona. Por eso es importante que revisemos algunos puntos importante sobre este tema, y de esa forma entendamos que el perdón de Dios no es como el de los humanos.
Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.
Efesios 1:7 (NTV)
Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
1 Juan 1:9 (TLA)
Por más que hagamos méritos, en realidad nadie merece recibir el perdón de Dios. Él elige perdonarnos porque es amor, y además porque Su gracia es sobreabundante y la da a quienes se lo piden.
Cuando hacemos algo malo y recibimos perdón, a veces sentimos que no somos dignos de recibirlo porque nuestros errores son muy grandes. Pero a Dios no le importa el tamaño o gravedad de nuestros pecados: Él nos acepta y nos acoge.
A diferencia del perdón humano, Dios también nos limpia y restaura. Él nos trata con gracia y amor, y no como realmente merecemos.
Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
Colosenses 3:13 (NTV)
Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.
Mateo 6:14-15 (NTV)
El perdón de Dios no es estático. Cuando Él nos perdona, estamos en la obligación de hacer lo mismo con otros. En la Biblia encontramos varios pasajes que hacen referencia a este hecho; y esto nos enseña que debemos tener amor y misericordia por otras personas, ya que nadie es perfecto y todos merecemos otra oportunidad.
Porque esto es mi sangre, con la que Dios confirma la alianza, y que va a ser derramada en favor de todos para perdón de los pecados.
Mateo 26:28 (BLPH)
Pedro les dijo:
Hechos 2:38 (PDT)
—Cambien su manera de pensar y de vivir y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo. Así Dios les perdonará sus pecados y recibirán el Espíritu Santo como regalo.
No hay ninguna religión o creencia que prometa el perdón de pecados: solo Jesús tiene el poder y la autoridad para hacerlo porque murió y resucitó por nosotros.
No hay nadie a quien podamos acudir para recibir absolución por nuestros errores. Jesús es el único que puede darnos perdón y también salvación.
Pero yo, que soy tu Dios, borraré todos tus pecados y no me acordaré más de todas tus rebeldías.
Isaías 43:25 (TLA)
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Miqueas 7:18-19 (RVR1960)
Como seres humanos muchas veces nos cuesta olvidar las ofensas de otros; pero la diferencia con el perdón de Dios es que Él no se acuerda de nuestros pecados pasados, una vez que nos arrepentimos.
Aún cuando nos sentimos culpables por algo que ya recibimos perdón, debemos de tener siempre en cuenta que ante Dios somos nuevas criaturas. Satanás es quien se empeña en recordarnos nuestro pasado; pero Jesús nos redime y por ello debemos escuchar Su voz.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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