Kate y David estaban completamente atemorizados el día en que nacieron sus mellizos, pues no llevaban más de siete meses de gestación. La noticia del médico les rompió el corazón ya que uno de ellos evidentemente no había sobrevivido al parto. Lo que sucede después es un verdadero milagro, con esto entendemos que Dios tiene un propósito con nuestras vidas.