Nunca he sido alguien a quien le guste los deportes ni las actividades fĂsicas, pero este año tuve que comenzar a ejercitarme en el gimnasio por razones mĂ©dicas. Al principio fue difĂcil, pero de poco a poco empecĂ© a mejorar mi calidad de vida. Durante el tiempo que he estado asistiendo, me he dado cuenta de que hay ciertos aspectos en los que ejercitarse se parece a la vida cristiana. De mis reflexiones diarias, pude llegar a las siguientes conclusiones:
1. La motivaciĂłn de cada uno es diferente.
Las causas que llevan a alguien al gimnasio pueden variar de persona en persona. Cada quien tiene su propia razón para comenzar a ejercitarse y eso influye en su desempeño. Asistir a la iglesia también es producto de una motivación personal, que posteriormente se refleja en la vida cristiana. Todo resultado depende de su origen.
2. Asistir no es suficiente.
Si uno realmente quiere llevar una vida saludable, sabe que ir al gimnasio no es suficiente. La alimentaciĂłn juega un papel sumamente importante en el bienestar fĂsico y la salud, pero eso es algo que se practica fuera del gimnasio. De nada vale ejercitarse diariamente si se tiene malos hĂĄbitos alimenticios. De la misma manera, en la vida cristiana no basta con ir a la iglesia. Uno debe de desarrollar una relaciĂłn personal con Dios en su diario vivir y tener fe en Ăl no solo en la congregaciĂłn. Si no se tiene una comuniĂłn permanente con Dios, asistir al templo es casi en vano.
3. Tu actitud sĂ importa.
Ir al gimnasio solo a mirar a otros o a alardear, mas no a hacer ejercicios, es una pĂ©rdida de tiempo y dinero. Ir a la iglesia a criticar o a actuar como un lĂder dĂ©spota, es tambiĂ©n perder el tiempo. La disposiciĂłn con la cual uno hace las cosas tiene un papel relevante en el desempeño y la madurez espiritual. Es allĂ donde se demuestra cuĂĄl es el incentivo por el cual uno va a la iglesia o pretende ser seguidor de Cristo.
4. El progreso no es el mismo para todos.
Desanimarse porque alguien en el gimnasio tiene mĂĄs mĂșsculos o baja de peso mĂĄs rĂĄpido que uno, es inĂștil. Cada cuerpo es diferente; y por lo tanto, trabaja a su propio ritmo. La vida cristiana funciona de igual forma. Hay personas que crecen en su vida espiritual mucho mĂĄs rĂĄpido que otras. En este punto pueden influir muchos factores, pero nadie puede sentirse menos porque cree que otro estĂĄ mejorando a pasos agigantados.
5. El crecimiento es individual.
Cada quien va al gimnasio para su propio beneficio y no hay manera de ejercitarse para el provecho de otro. El dolor del entrenamiento, los cambios en el cuerpo, y el resultado final es personal e intransferible. En la vida cristiana es igual. Nadie puede orar, leer la Biblia, ayunar o tener una relaciĂłn con Dios a cuenta de otra persona. La salvaciĂłn es intransmisible; y es absurdo e ilĂłgico pensar lo contrario.
6. Requiere constancia.
Ir al gimnasio una vez por mes no tiene el mismo resultado que ir cinco veces por semana. Si uno no es constante en el ejercicio, no podrĂĄ tener los beneficios que espera. Este mismo principio se aplica en la relaciĂłn con Dios. A veces el desgano se apodera del dĂa y se pierde el anhelo de esforzarse para crecer espiritualmente. Sin embargo, si se permite que la falta de constancia avance, nunca se podrĂĄ tener una comuniĂłn mĂĄs Ăntima y personal con Dios.
7. Puedes aparentar por fuera, pero la verdad yace en el interior.
Uno puede someterse a una cirugĂa plĂĄstica para reducir medidas y aumentar mĂșsculos; y luego ir al gimnasio y aparentar que su cuerpo es el producto del ejercicio y una alimentaciĂłn balanceada. Sin embargo, aunque el exterior puede reflejar algo, en el interior siempre estarĂĄ la verdad. En la iglesia tambiĂ©n se puede simular llevar una vida de santidad, e incluso ser tomado como ejemplo para otros cristianos. No obstante, el Ășnico que conoce los corazones de las personas y sabe la verdad detrĂĄs de la fachada es Dios. Y Ăl no puede ser burlado.
Originalmente publicado en:Â https://loutorres.wordpress.com/2017/12/20/7-similitudes-entre-el-gimnasio-y-la-iglesia/
El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artĂculo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.