“Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Jesús. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús.  Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados”. Marcos 2:4-5 (NTV)

Este pasaje nos brinda un gran ejemplo de lo que es una verdadera amistad. El paralítico estaba postrado, sin esperanza, pero aun así contaba con muy buenos amigos. Ellos sabían que Jesús estaba en el pueblo y pensaron esta es una gran oportunidad para que nuestro amigo se encuentre con Jesús y reciba su sanidad. Estos amigos no midieron las dificultades, ni el peso de llevar al paralítico en camilla, ni mucho menos se intimidaron al ver la gran multitud que no les dejaba llegar a Jesús. Qué lindo es tener este tipo de amistades, audaces, valientes comprometidos, capaces de hacer un agujero en el techo para que su amigo recibiera un milagro de sanidad.

Hay varias formas de ayudar a un amigo, pero la más relevante es acercarlo a Jesús, no importando el tiempo o la economía, si en verdad amamos a Dios no habrá límites para ello.

Por Cristhian Castillo

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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