– Pastor, parece que está muy feliz esta mañana – dijo un miembro de una iglesia a su ministro al saludarlo en la puerta del templo.
– Muchísimo, hermano, como jamás lo fui – fue la respuesta que obtuvo.
– ¿Podría saber la razón?
– Seguro. Ayer me acosté preocupadísimo, pensando en cómo solucionar ciertos conflictos en la congregación, en mi propia vida, y en mi familia. Me dormí y soñé que un ángel del Señor llegaba hasta mí y me decía: “Te estás dando un trabajo enorme Juan. Parece que todo lo vas a hacer tu, eso de los arreglos en la congregación, tu vida familiar y el mundo mismo. Escucha: ¿Por qué no dejas algo para que lo haga Dios?” Al despertar, decidí seguir su consejo, y desde este día, pediré a Dios que sea siempre quien arregle todo lo que yo no pueda arreglar.
A todos nos pasa que llegan momentos de nuestra vida en los que los problemas, las preocupaciones se juntan y no sabemos por dónde empezar a solucionar las cosas, ¿Verdad?
Si bien en la ilustración dice que un ángel le habló al pastor de la historia, nosotros tenemos muchos versículos que nos demuestran que podemos confiar en Dios, que Él es nuestro Refugio, la Roca firme, nuestro Defensor, quien nos ayuda en las dificultades, nuestro Proveedor. Proverbios 3:5,6 nos da un sabio consejo: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.” (NTV)
Es verdad que no se trata de sentarnos a esperar sin hacer nada para solucionar los problemas, pero tampoco debemos dejar que la preocupación nos consuma porque si ponemos toda nuestra confianza en Dios y buscamos Su voluntad, Él dirigirá nuestros caminos y ordenará todo de acuerdo a su perfecto plan.
¿Estás angustiado? Busca refugio en el Señor. Recuerda lo que dice Nahúm 1:7 “El Señor es bueno, un refugio seguro cuando llegan dificultades. Él está cerca de los que confían en él” (NTV) Dios no te abandonará ni hará oído sordo a tus peticiones, entrégale tus cargas.
No permitas que las preocupaciones te consuman, te quiten el sueño o te tengan amargado y desesperanzado; confía en Dios, descansa en Él y permite que tome el control, ya no luches solo.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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