Quisiéramos estar seguros de estar dentro de la voluntad de Dios, ¿no es cierto? Y debemos tener paciencia para ello y sobre todo, perseverancia. Necesitamos estudiar y meditar en la Palabra de Dios, la Biblia para llegar a conocer realmente Su voluntad.
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Romanos 12:2 (NTV).
Si simplificamos las cosas, la voluntad de Dios es que nos arrepintamos de nuestros pecados y creamos y confiemos en Cristo. Ese es el primer paso que debemos dar para comenzar a conocer la voluntad de Dios. Una vez que lo aceptamos, iniciamos nuestra relación con Él.
Una vez que recibimos a Jesús y lo invitamos a habitar en nuestro corazón, Él desea guiarnos en Sus caminos y va moldeando hasta que lleguemos a conseguir nuestro propósito. Y nunca debemos olvidar que la voluntad de Dios es que seamos agradecidos en todo y por todo.
Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:18 (NTV).
Dios nos va transformando paso a paso y es por ello que necesitamos ser pacientes. Lo importante es que mientras esperamos que Dios nos dirija, sigamos haciendo el bien, marcando la diferencia y dejándonos guiar por lo que nos pide Dios en nuestros corazones.
Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.
Santiago 4:17 (NTV).
Sabemos bien el diferenciar el bien del mal, así que, si queremos complacer a Dios y estar dentro de Su voluntad, necesitamos obrar el bien. Es como el cuento de los dos perros, el que más crecerá será al que más alimentemos. Si alimentamos al bien en todo momento, el bien crecerá en nuestra vida y estaremos dentro de la voluntad de Dios.
Sin olvidar nunca que Su voluntad para nosotros es buena, agradable y perfecta. Lo que no sea así, no viene de Dios. Tengamos eso siempre claro. Dios nos desea alegres, en paz, contentos, agradados. Nos ama cual Padre que es, siendo nuestro Creador. No olvidemos que sus planes para nosotros siempre son de bien.
Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11 (NTV).
No me canso de traer a nuestros devocionales esa porción de Escritura porque es una a la cual nos debemos aferrar cuando pasemos por desiertos. Cuando las cosas no estén saliendo como las deseamos, confiemos en ese amoroso y bondadoso Dios y repitamos que Sus planes son para lo bueno.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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