Es impresionante como los niños, desde temprana edad, empiezan a absorber y copiar lo que observan. Tal vez creemos que recién cuando ellos tienen uso de razón comienzan a imitar o hacer lo que ven, pero no es así, este proceso de reproducir todo lo que los rodea se inicia mucho antes.

En lo personal me sorprende la forma en la que ellos imitan lo que ven. Mi bebé acaba de cumplir un año y cuando lo subimos a algún juego que tiene un volante, él comienza a moverlo con las dos manos y a hacer un ruidito con la voz, como la de un motor; aun no habla pero ya imita los sonidos que oye y los movimientos que ve cada día en su papá cuando maneja.

Normalmente todos actuamos de acuerdo a lo que aprendimos de nuestro entorno, sea bueno o malo, e independientemente de cómo haya sido nuestra infancia no debemos olvidar que nuestro Padre y mejor ejemplo es Dios.

Tu vida pasada o las personas que te hayan rodeado no tienen porqué ser tu referente de vida, ni  tu patrón a seguir, tu vida puede cambiar y cada cosa que quieres cambiar de ti y que no te hace feliz, puede convertirse en algo bueno.

“Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo” 1 Tesalonicenses 1:6 (RVR-1960)

Si naciste de nuevo y aceptaste a Cristo como tu Salvador puedes seguir el ejemplo de tu Padre y ser restaurado. Puedes cambiar tu vida y ser imagen y semejanza de quien te creó.

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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