Posiblemente hemos estado teniendo una idea equivocada de lo que son las oportunidades; podemos creer que algo bueno nos puede pasar para ganar más dinero, alcanzar el éxito, para conseguir lo que queremos, pero en realidad es un momento propicio para algo y cómo la aprovechamos depende de nosotros.

Estos momentos se nos presentan a todos, sin excepción, y lo que Dios quiere es que aprovechemos esas oportunidades para aumentar nuestra fe, para crecer y madurar espiritualmente y tomar decisiones acertadas.

“Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.” Eclesiastés 9:11 (RVR-1960)

Debes tener en cuenta que las oportunidades no se presentan todo el tiempo, no creas que porque conozcas a Dios te lloverán estos momentos únicos, no vaya a ser que cuando quieras tomarla ya sea tarde. Y es que uno de los problemas más grandes que tiene el ser humano es el de no decidirse y por ende desaprovechar las ocasiones que se le presentan.

Abre los ojos y mira la situación que tienes en frente, Dios quiere bendecirte, pero tu indecisión, temor y ceguera no te lo están permitiendo. Como en un juego, atrapa la pelota y aprovéchala para ganar.

Cuando Dios te dé esa oportunidad no respondas que lo vas a pensar o meditar si conviene o no, dile “Sí Señor”, Él no te dejará solo cuando la tomes.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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