La bendición es la expresión de un deseo benigno que se dirige a una persona; Dios quiere que como sus hijos seamos bendecidos en todas las áreas de nuestras vidas.
Muchos piensan que ser bendecido es pedir a Dios cosas grandes, que en varios casos tienen que ser visibles y tangibles. Cuántas personas creen hoy en día que la bendición de Dios se encuentra en tener las mejores cosas materiales, mucho dinero en el banco o vestir la ropa de moda del momento; es un error pensar que sólo lo material es una bendición del Padre y si no lo reciben piensan que el Señor no está atento a sus necesidades.
El deseo de Dios es que nos vaya bien en todas las cosas que emprendamos cada día, también desea que tengamos salud para poder disfrutar de lo que Él nos da. Tenemos que tener la madurez suficiente para poder administrar lo que Dios pone en nuestras manos.
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 1:2
Hay bendiciones que son más que riquezas, como: Tener salud, ser amado y amar, paz en el corazón a pesar de las pruebas, disfrutar de unos padres, un hijo, la dicha de tener amigos, la vida que Dios nos da cada día, un trabajo, un esposo y una esposa que te ama y disfrutar de todo lo que nuestro Padre ha creado para consentirte porque eres valioso para Él.
Las cosas más pequeñas, que creemos menos importantes, hacen de nuestras vidas algo perfecto. Disfruta de todo lo que Dios te da cada día y recuerda que hay bendiciones que no siempre son riquezas.
“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.” Salmo 23:1-2
Por Miguel Ángel Veizaga.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.