“Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?

Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?

Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.” Daniel 3:14-18

El rey Nabucodonosor levantó una estatua inmensa de oro para que todos se postren y la adoren, así fue, a excepción de tres jóvenes leales a Dios. El rey les dio una última advertencia y lo que me parece realmente impresionante es su respuesta: “Nuestro Dios puede librarnos y si no, igual no la adoraremos”.

¿Cuántas veces ponemos nuestra mirada en ser libres de un problema pero nos olvidamos del Señor? Ellos no pensaron en sus propias vidas o en el riesgo al que se exponían, aunque Dios no los librara igual no le fallarían.

¿Tu mirada está en el Señor o sólo en recibir sus bendiciones? Muchas personas recurren a brujos o adivinos porque quieren solucionar lo antes posible sus problemas, sabiendo que eso no le agrada a Dios y que terminarán pero de lo que estaban. ¿Cuántos dejan de seguir a Cristo cuando se les presenta algún inconveniente? O al contrario, se alejan de Cristo después de recibir lo que necesitaban.

Estos jóvenes vieron el poder y la protección de Dios porque lo amaban antes que a ellos mismos. ¿Cómo te encuentras tú? ¿Tu enfoque está en Él o en lo que necesitas recibir? Si tienes dificultades te animo a dejar de hacer las cosas a tu manera y buscar a Dios, ponte de rodillas y pídele que te ayude a conocerlo, amarlo y servirle antes de pedir una bendición.

¡Busca a Dios y te sorprenderás!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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