Algunos de los países del área montañosa de Europa, tienen en sus territorios los castillos más hermosos jamás construidos. Tal es el caso de Eslovaquia, país que en cuyas tierras se halla el Castillo de Čachtice, ahora conocido como Castillo Gótico.

La última vez que estuvo en el centro de la noticia mundial fue porque su estructura estaba envuelta en llamas y no precisamente por un ataque enemigo.

Lo que ocurrió fue que dos niños, de 11 y 12 años, fueron a fumar a escondidas a una de las habitaciones que parecía estar abandonada. Al parecer estos niños prendieron un cigarro con cerillos, lo apagaron mal y terminaron incendiando todos los arbustos secos que rodeaba el castillo. Los bomberos que acudieron a apagar el fuego, encontraron a los niños en las inmediaciones del lugar, los rescataron y lograron controlar el incendio.

El Museo Nacional de Eslovaquia informó que el daño infringido al edificio fue excesivo, pero los trabajadores lograron salvar casi todas las colecciones históricas que había, incluyendo fotografías de los siglos XIX, diversos cuadros y mobiliario.

El pecado es algo parecido,  cuando uno termina siendo seducido por sus malos deseos, generalmente busca satisfacerlos a escondidas para que nadie se entere, pero es como el fuego encendido dentro del Castillo, poco a poco las llamas empiezan a crecer sin que uno logre darse cuenta.

Por muy astuto que cualquiera se crea para esconder su pecado, al final terminará enfrentando las consecuencias. Quizás al principio parezca que todo está bajo control, pero el pecado no es un juego inofensivo, es un fuego difícil de apagar y que tiene la intención de consumir todo lo que está a su paso.

Esa es la razón por la que Dios nos advierte estar constantemente guardados en santidad, Él sabe que una pequeña chispa de pecado puede incinerarlo todo y quiere cuidarnos de todas las consecuencias venideras.

“Al que disimula el pecado, no le irá bien; pero el que lo confiesa y lo deja, será perdonado.” Proverbios 28:13 versión Dios Habla Hoy.

No encubras tu pecado, no le des lugar a pequeños fuegos en tu vida que pueden provocar un incendio con el poder de arrasarlo todo. Confiesa tus transgresiones delante de Dios, aléjate y recibe Su perdón.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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