Aunque a veces la improvisación nos pueda salir bien a última hora, lo que se planifica siempre es mejor.

Es bueno proyectar las cosas, ser visionarios y ver más allá del presente, poder hacer un plan de vida de lo que queremos, de lo que anhelamos y sobre todo de lo que queremos hacer junto a Dios.

Si bien a algunos les funciona el vivir el día a día sin ocuparse de lo que mañana pueda ocurrir y lo que les depara, es mejor tener anhelos y planes de lo que queremos hacer y llegar a ser.

El mejor ejemplo de cómo planificar y organizar las cosas nos lo da Dios, no creas que Él te improvisó o estás en este mundo por accidente, Dios te planificó, te imaginó, te soñó y te hizo real, Él te hizo con un propósito y con un carácter, con una esencia única.

Si Dios te hizo con un plan, ¿Por qué vivimos improvisadamente? Dejemos de andar por el mundo como saliendo del paso y salvando el día con lo que venga, eres capaz de hacer un plan y seguirlo.

No estás solo en esto, Dios quiere que logres lo que te propones, está dentro su voluntad que triunfes que alcances tus metas, “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos.” Proverbios 16:9 (RVR-1960) Si estás dentro de la voluntad de Dios verás que cada día dejará de ser una improvisación y será un camino a la meta. Tal cual dice el pasaje, cualquier cosa que en el camino se atraviese será enderezada por Dios para que consigas seguir adelante.

Todos los sueños que tengas, ya sea en lo familiar, emocional, profesional, ministerial, etc., todo lo puedes lograr si lo planificas y lo pones en las manos de Dios será de bendición. ¡No esperes más y comienza a planear!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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