El viento soplaba, el calor en el monte Carmelo era casi insoportable ¿Imaginan lo que sucedió?

Un hombre contra cuatrocientas cincuenta personas y una gran multitud de espectadores, dos sacrificios, una sola respuesta…

Los profetas de Baal danzaban con ímpetu, gritaban y hacían de todo pero fallaron, su dios no hizo nada, tanto así que Elías se burló de ellos. Cumplido el tiempo establecido para los adoradores de Baal, Elías preparó el sacrificio para Jehová, y aunque el agua mojó todo y rodeaba el altar, el profeta clamó al Señor:

– “¡Oh Señor, respóndeme! Respóndeme para que este pueblo sepa que tú, oh Señor, eres Dios y que tú los has hecho volver a ti”. (1 reyes 18:37)

Dios respondió y mandó fuego del cielo que consumió el sacrificio, el toro, la leña, las piedras, el polvo y el agua. El pueblo reconoció lo evidente: Jehová es Dios y ningún ídolo es superior a Él, Dios responde a las personas que lo reverencian de corazón. Después de todo esto, Elías ajustició a los profetas de Baal y no quedó ni uno solo con vida.

¡Qué gran victoria! Ese día será recordado por siempre. Me imagino al profeta Elías, un hombre guiado por el Señor, levantando las manos en agradecimiento a Dios mientras el viento mece su pelo.

Una imagen totalmente diferente a la del profeta Elías que asustado por Jezabel, y aun deseando la muerte, escapó hasta llegar al monte Horeb y dentro de una cueva esperó a que Dios le hablara. Pese a que Elías había servido con gran celo al Señor, sintió temor porque lo buscaban para matarlo.

Esto demuestra que los siervos del Señor, aun los más entregados, pasan por tiempos complejos que muchas veces los llevan a exclamar: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.” (1 Reyes 19:4)

La depresión quita las ganas de vivir, varias personas atraviesan por esto, ya sea por problemas en el trabajo, con la familia, deudas y aún al no encontrar un propósito claro en la vida. La tristeza y la ira son sentimientos que se pueden superar junto a Jesús, Él dijo que daría descanso a los trabajados y cargados, quiere darnos el gozo para vivir y afrontar los problemas, confiando en su palabra.

Las experiencias del pasado nos ayudan a madurar si confiamos en Jesús, alejados de Él los problemas son una tormenta difícil de atravesar.

Al final Dios ministró a Elías y lo motivó para cumplir con su llamado, Él no solamente nos da nuevas fuerzas sino que nos anima a continuar el camino, así como lo hizo con Josué.

¿Tuviste tiempos de victoria? ¿Tienes tiempos de derrota? Levántate y anda, Jesús te ama, aún hay esperanza para ti.

Por Carlos Eduardo Encinas.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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