El enojo es una alteración anímica que genera irritación, rabia y/o afán de revancha o venganza. Por una u otra razón esta emoción es parte de nuestra vida, ya sea por situaciones que ocurren a nuestro alrededor, como un problema con otra persona, una falta de respeto, una actitud de desobediencia, un malentendido o un error. O por problemas personales, situaciones del pasado no resueltas o recuerdos desagradables, que cuando vuelven a la memoria nos despiertan sentimientos de enojo.

Una especialista comenta que “el manejo inadecuado del enojo afectará a la persona enojada y también a quienes le rodean, generando problemas en el trabajo, la familia y en las relaciones personales. El impacto tiene un costo alto y variado que obligará a la persona, tarde o temprano, a buscar ayuda para superar esta limitación, mejor temprano.”

Ya que esta emoción puede estar presente en nuestro diario vivir debemos aprender a controlarla y no dejar que ella nos domine, y así evitaremos las consecuencias negativas que acarrea. Un consejo que da Santiago es que seamos lentos para enojarnos porque en nuestra humanidad podemos proceder de manera errada: “Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea.” Santiago 1:19-20 (NTV)

El Apóstol Pablo también advierte que no permanezcamos molestos por mucho tiempo pues el diablo podría sembrar malicia en nosotros: “Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo.” Efesios 4:26-27 (NTV)

El Rey David anima a examinar nuestra propia conciencia para estar en paz: “No pequen al dejar que el enojo los controle; reflexionen durante la noche y quédense en silencio.” Salmos 4:4 (NTV)

El enfado nubla nuestro día y afecta la perspectiva de lo que en realidad pasa, volviéndolo todo negativo, por eso, entrega a Dios la situación o persona que te causa ese disgusto y continúa tu jornada con esperanza y fe.

¡Cambia el enojo por una gran sonrisa!

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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