Existe un dicho muy conocido que dice: “Tus hechos hablan más que tus palabras”, eso fue justamente lo que hizo Jesús cuando estuvo acá en la tierra; cada momento demostró su amor incondicional a los niños, ancianos, mujeres, hombres, enfermos, endemoniados y necesitados; jamás hizo acepción de personas,influyó en ellas con su manera de vivir. Su ejemplo traspasó las fronteras y el tiempo.

“Después de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, se sentó y preguntó: -¿Entienden lo que acabo de hacer?Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque es lo que soy. Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.” Juan 13:12-15 (NTV)

A pesar de haberles explicado lo que había hecho y recomendado que siguieran su ejemplo, ninguno le lavó los pies.

¿Cómo hijos de Dios realmente estamos siguiendo el ejemplo de nuestro Maestro?, ¿Estamos dando a otros lo que hemos recibido de Él?

“Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él.” 1 Juan 4:9 (NTV)

Si no estamos amando como Jesús lo hizo y nos instruyó, es momento que empecemos a hacerlo, porque el haber dado su vida en la cruz es la mayor expresión de amor que alguien podría darnos.Él no nos pide que hagamos ningún sacrificio sólo que amemos a los demás como Él nos amó y de esa manera invitarlos a que también lo reciban como su Salvador.

Ni un solo día dejemos de valorar y agradecerle a nuestro Señor Jesús por haber ocupado nuestro lugar en aquella cruz y habernos dado salvación.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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