Cuando se habla de trabajo en equipo muchos toman el ejemplo de las hormigas o las abejas, insectos que dentro del reino animal son de los más laboriosos que hay.

En cuanto a las abejas, no hace falta decir que son bastante eficientes dentro de su colonia, pero quizás lo más destacado es que son conocidos por ser los polinizadores más grandes en todo el mundo y por ser esenciales para el mantenimiento del ecosistema.

El cuerpo de estos insectos es velludo, tienen un pelo plumoso sobre el que se pega el polen de las flores sobre las que se posa, también tiene en su pequeña cabeza dos antenitas que le sirven de olfato, para así poder localizar flores.

Como sistema de defensa, cuenta con un aguijón en la cola y un veneno que resulta ser eficiente con intrusos en su colmena. Pero para otros animales mayores, incluso para un hombre adulto, a nivel tóxico, una picadura es intrascendente (a menos que exista alergia), sin embargo el aumento de dosis, es decir, cuando un solo individuo recibe muchas picaduras, puede resultarle mortal.

Es interesante: una sola picadura puede no causar el mismo efecto que causan muchas picaduras. Un animal grande como un oso no podría ser ahuyentado por una sola abeja, pero cuando todas se unen, pueden vencerlo.

Algo similar pasa en los momentos de oración.

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” Mateo 18:19 Versión Reina-Valera 1960

Existen circunstancias y retos en la vida que son más grandes que uno: enfermedades, deudas, adicciones, proyectos, ministerios, aflicciones, problemas familiares, etc. Seamos realistas: muchas veces uno no puede enfrentar ciertas adversidades peleando a solas. Orar a escondidas, sin que nadie se entere para evitar la vergüenza o mantener estatus intachable, no es la mejor elección.

Pero cuando se unen muchas personas, que están orando por una misma causa, las probabilidades de vencer o superar ese momento de calamidad son mayores. Imagínate superar una dificultad grande: tú eres una abeja y un oso se acerca. En ese caso, necesariamente debes buscar apoyo.

No subestimes el poder de la unión de las personas que oran, no te quedes lidiando a solas con tu problema. Escucha el consejo que Jesús hizo, despójate de toda vergüenza o ego, y únete a un grupo que interceda junto a ti para ayudarte.

“…Orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” Santiago 5:16 Versión Reina-Valera 1960

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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