Los quehaceres que tenemos pueden ocupar la mayor parte de nuestro tiempo, de tal manera que no lo podemos aprovechar con las personas que amamos y que nos aman, como nuestros padres, hijos, hermanos, amigos e incluso con Dios.
¿Cuántas veces has mencionado que estás ocupado? Se pierden oportunidades valiosas por estar atareados, por lo que es preciso analizar si invertimos el tiempo en lo que es primordial para nuestra vida. La palabra muestra un claro ejemplo de nuestro diario vivir:
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.” Lucas 10: 38-42 (RVR 1960).
Marta, quien recibió en su casa a Jesús, estaba afanada por los quehaceres y cuando observó a su hermana sentada escuchando al Maestro, pidió que la reprendieran por no ayudarle; sin embargo, el Señor le respondió que lo principal era lo que María había escogido.
Es posible que estés olvidando lo que tiene mayor importancia en tu vida, esto no significa que lo que haces no es importante, pero existen cosas que tienen más valor, como escuchar a Dios, conocer el propósito de tu existencia y tu familia.
En esta oportunidad te animo a detenerte por un momento y pensar en lo que Dios quiere para ti, decide orar y estudiar la Palabra del Señor todos los días, aunque te encuentres demasiado ocupado. Aparta también otro tiempo para disfrutar con tu familia, porque más delante podrías arrepentirte de no haber hecho lo que era más importante.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.