Aunque quisieras tener una fórmula para todo en la vida, no todo se atiene a una fórmula. Puede que quieras una receta para la felicidad, un modelo para un matrimonio feliz, pero no existe porque no somos un producto, somos seres humanos, complejos, cambiantes.
Hoy día vivimos con las fórmulas para trabajar en línea en diversos sistemas. Hay entrenadores o coaches, que publicitan que tienen el modelo del éxito para ventas o para cosas más complejas de la vida. ¡Hasta fórmulas para la felicidad! Pero no están garantizadas de funcionar para todo el mundo.
Es cierto que hay sistemas que funcionan y que organizadamente te ayudan a lograr muchas cosas, pero no todo es una fórmula. Hay eventos que ocurren de manera inesperada que pueden ser magníficos. Los atardeceres y amaneceres jamás son iguales. Pueden ser parecidos, pero no iguales.
Las personas que aman las matemáticas son las más propensas a querer hacer pautas de todo. ¿Eres así? No estamos criticando. Simplemente que somos tan distintos todos. Y sería lindo que hubiese una pauta infalible para ciertas cosas. Pero toda fórmula depende de muchos factores.
En eso se basan muchos de los que dicen tener la fórmula; en factores. Y es verdad que ciertas medidas, ciertas costumbres que tomes, cambios que hagas en tu vida, pueden ayudar a conseguir ciertos resultados. Pero no todas esas fórmulas funcionan igual para todo el mundo.
Las posibilidades de que ocurran mejores cosas en tu vida están ligadas a tu capacidad para lograrlas, la manera cómo vivas y la fe que tengas en Dios. Pero nada es absolutamente garantizado porque puede que la fórmula que tengas no esté en el plan de Dios para ti.
Ciertamente hay métodos que funcionan para muchas cosas. Tomar pasos para lograr objetivos es crear fórmulas. Lo que sí te podemos aconsejar es que, para todo proyecto, tengas a Dios en la fórmula. Cuando no lo consultamos o no lo tenemos en cuenta, la fórmula puede fallar.
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
Romanos 11:33-36 (RVR 1960).
Un excelente consejo de vida que te podemos dar es que siempre apartes tiempo para Dios. Porque cuando confías en Dios para todo, salgan como salgan las cosas, fórmula o no, te sentirás satisfecho. No tengas a Dios como llamado de emergencia. Inclúyelo en toda fórmula, en todo plan que tengas.
Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.
Proverbios 16:3 (NTV).
Definitivamente es bueno ponernos en manos de Dios con todo plan. Eso, sin olvidar que Su voluntad está por encima de nuestros deseos y nuestra perspectiva. Es una porción de Escritura que para muchos es una fórmula, pero como todo método depende de muchos factores.
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me lleve hacia adelante con pasos firmes.
Salmos 143:10 (NTV).
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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