André y Magda Trocmé, fueron un matrimonio de pastores franceses que sirvieron en una iglesia llamada “Justo entre las naciones.” Sin embargo, al promediar el año 1938 fueron enviados al sur de su país, justo al borde de la frontera con Italia debido a que en la mayoría de sus prédicas André se oponía a la creciente política nazi de odio racial contra los judíos.

Cuando llegaron al pueblo llamado Le Chambon hallaron mucha oposición y miedo. Para empeorar las cosas Francia cayó bajo poder militar de Alemania. Pero para sorpresa del matrimonio Trocmé, muchas personas empezaron a unirse poco a poco a su causa, incluso llegaron a formar una red de protección para judíos perseguidos.

A medida que iban predicando la verdad de la Biblia muchas familias se ofrecían a acoger a los refugiados judíos en sus hogares, incluso la mayoría adoptaron niños cuyos padres ya habían sido enviados a campos de concentración.

En una ocasión la milicia alemana llegó al pueblo e inmediatamente interrogaron a André y a Magda, y les ordenaron que hagan una lista de judíos de su iglesia, pero ellos les contestaron: “No vemos Judíos, sólo vemos hombres.”

Cuando terminó la guerra se estima que cerca de 3500 refugiados judíos, entre ellos la mayoría niños, fueron salvados por el pequeño pueblo de Le Chambon y las comunidades de la meseta que lo rodea.

La historia de André y Magda Trocmé puede ayudarnos  a ver una realidad que hoy en día está ocurriendo: En ocasiones nos dejamos llevar por la corriente de la sociedad, la política e incluso por la economía, permitiendo que rijan nuestros pensamientos y gobiernen sobre nuestras vidas. Es verdad que uno debe tomarlos en cuenta porque forman parte del entorno, pero cuando se desplaza lo que dice la Biblia a un segundo o tercer lugar, podríamos estar buscando verdaderos problemas.

Seamos realistas: problemas y dificultades siempre van a existir, y pasarán como todo en la vida, pero las promesas de Dios permanecen para siempre. El matrimonio Trocmé lo sabía y decidieron hacer lo que dice la Biblia antes que regirse a la oposición que enfrentaban.

Josué 1:8-9 dice: “Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que éste ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.” Versión Dios Habla Hoy

Las promesas escritas en la Biblia nunca están condicionadas a un ambiente de dificultades y problemas. La victoria absoluta le pertenece a Dios.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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