“El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido”. Salmos 51:17 Nueva Versión Internacional (NVI)
Cuando una persona se propone agradar a otra, suele animarse a hacer cosas que quizás nunca hizo o trata de impresionar por medio de sus conocimientos o por expresarse de manera cordial y elegante. ¿Quieres impresionar a Dios? Para agradarle, no tienes que hacer méritos, tan solo tienes que llevar delante de Él tu corazón quebrantado y arrepentido. Fuera de esto, nada puedes hacer para impresionar al Padre.
Por Miguel Ángel Veizaga
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.