A veces es más fácil perdonar a los que nos hacen daño, que perdonarnos a nosotros mismos. Al aceptar que no somos perfectos evitaremos la frustración, culpa y mortificación, que nos  impiden salir adelante. Estos sentimientos de infelicidad nos alejan de Dios, pues crece en nosotros un falso sentimiento que nos hace pensar que no somos merecedores de su amor y perdón.

Con respecto a este tema, es preciso enfatizar que ninguno es digno del perdón del Señor, nadie merece el sacrificio que Jesús hizo en la cruz, precisamente por todos los errores y pecados que cometemos.

La palabra de Dios dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8 (RVR 1960)

Es fundamental tener presente que Cristo murió por nosotros, aun cuando nos vio embarrados en delitos y pecados; por tanto, está claro que no lo hizo porque lo merecemos, sino por amor.

Aquellos que buscan merecer el perdón de Dios, continuarán su vida con esta carga, y serán frustrados al no alcanzarlo porque como humanos siempre tendremos caídas. Este aspecto no significa que no nos esforzaremos por cambiar, simplemente quiere decir que no debemos torturarnos por nuestras imperfecciones. Acepta el perdón como un regalo, a nosotros únicamente nos toca dar gracias y entregarle nuestras vidas.

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” Hebreos 12:1

En esta oportunidad te haré un reto: “enfréntate a ti mismo”. El desafío consiste en aprender a hacer frente a todos estos pesares que te impiden salir adelante, el desánimo, la frustración. Es necesario que aprendas a ser feliz de nuevo y a esforzarte en la carrera que tienes por delante.

Por último, si te has arrepentido de corazón, entonces el Señor te ha perdonado, ahora es tiempo de que te perdones a ti mismo; este es un paso importante que debes dar para poder liberarte del pasado y dar lugar a las bendiciones que Dios quiere darte.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario