“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” Tito 1:16.
Decir que creo en Dios y no obedezco su palabra es una contradicción. Afirmar que conozco al Señor y negarlo con mis hechos es vivir en el engaño.
El texto bíblico que leímos nos enseña que son muchos los que se hacen llamar cristianos o afirman conocer a Dios, pero que con su forma de vivir dicen lo contrario. La palabra “profesar” quiere decir anunciar públicamente, proclamar, decir, afirmar.
Y decir que soy un hijo de Dios, sin poner en práctica sus enseñanzas es ser un hipócrita y la hipocresía no le agrada al Señor, porque es fingir algo que no soy.
En los pasajes (Mateo 23:1-36; Marcos 12:38-40; Lucas 11:43, 20:26; Mateo 7:15) Jesús habla acerca de la hipocresía y nos dice que no seamos esa clase de personas porque en su tiempo recibirán el castigo que merecen.
Si aún mentimos, robamos, mantenemos una doble identidad, somos egoístas, tenemos envidia, rencor, odio y hacemos cosas que no le agradan a Dios, entonces tenemos una relación falsa con nuestro creador.
Pero no todo está perdido, siempre hay esperanza y nuevas oportunidades para los que creen en Dios. La Biblia dice que si alguno de nosotros está en pecado, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre: Jesucristo, quién pagó por nuestros pecados y que nos ama con amor eterno.
Si sabemos que llevamos una doble identidad, reconocer nuestro error y pecado será el primer paso para que Dios inicie el cambio de nuestro corazón. Luego, permanecer en la palabra de Dios y obedecer sus instrucciones será fundamental para parecernos más a Cristo. Comencemos a llevar una verdadera vida a partir de hoy, con nuestros ejemplos y hechos.
“Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos. Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad; pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió.” 1 Juan 2:3-6. (NTV)
Este mundo se acaba, pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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