Existe una tendencia auto-destructiva presente en muchas personas, jóvenes, adultos, ancianos, que no cambió mucho con el paso del tiempo: recordar el pasado con remordimiento y dolor.
La palabra del Señor dice lo siguiente en Hebreos 12:1: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”
Esta forma moderna de auto-flagelación mental es algo que los creyentes no deben practicar cuando avanzan por el camino de la fe, errar es humano y perdonar es un regalo de Dios, pero muchos no pueden hacer esto por otros, ni perdonarse a sí mismos a causa de errores pasados, aun sabiendo que la Biblia dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)
Si Jesús nos perdonó ¿Por qué no recordar el pasado como una experiencia para bien? Es cierto que las consecuencias no desaparecen, pero si Cristo está con nosotros podremos elevar vuelo como las águilas.
Es verdad que no podemos decir lo mismo que dijo Mary Mcfly en la película volver al futuro: “Si tuviera más tiempo… un momento, tengo todo el tiempo que quiera, tengo una máquina del tiempo… puedo volver antes y avisarle” No contamos con una máquina del tiempo y no podemos volver al pasado y evitar los errores cometidos, pero podemos colocar los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, y afrontar los problemas con valor.
Vive el presente con sabiduría, si de ahora en adelante tomas las decisiones correctas las cosas mejorarán.

Por Carlos E. Encinas

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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