Divagación acerca de las intemperies de la vida

Divagación acerca de las intemperies de la vida

Válgame este elogio a las intemperies de la vida. Mantengo aquí todavía cierta inmunidad diplomática para expresar lateralidades y escozores. Raro privilegio: ha durado casi una década.

Hay que estar un poco loco para saludar a la incertidumbre y hacerle una reverencia noble. Sucede que con el tiempo duele la cantinela de “a ti no llegará” igual que duelen las articulaciones a las siete de la mañana. A mí me llegó y no me parece que haya fallado algo en el sistema celestial. O que sea la boleta de algún despropósito que hay que pagar por caja.

Es la vida no más la que pasa. Los duelos son un privilegio de todos, aunque no todos se den cuenta. Basta de los amigos de Job. Como solía decir mi difunto primo Germán: “Al final, la calavera es ñata”. Y reconocerlo no es ninguna insolencia ni insulto a ninguna inteligencia. Puro sentido común, perdone usted. Así son las intemperies de la vida.

Además, usted sabe, esto es pura opinión. Las cátedras se pueden buscar en otros lados.

Las intemperies de la vida como didáctica de recuperación

Me propuse, cierta noche tumultuosa, recuperar el temblor del no saber. ¿No sería bueno penetrar los espacios del misterio? “Señoras y señores: aquí no hay respuestas absolutas. Entre a su propio riesgo.”

Suelen decirle a uno que nadie tiene la vida comprada, pero la mayoría vive como si la tuviera en el placard, por si acaso. No tengo pasaporte VIP; pero buen dar que cuesta desechar las certezas, arteras trampas que encarcelan la curiosidad y la pregunta.

Así que, aquí me hallo. Sin garantías. Sin franquicias insuperables, en el umbral de la intemperie. Aunque no lo parece, no hay poses aquí. Ya estoy muy viejo para pretender ser el jovencito de la película. Me vería ridículo intentando una retórica fatalista para impresionar.

Y como para satisfacer al control de SEO hay que poner la frase clave al menos cuatro veces, aquí va la última: las intemperies de la vida son impredecibles, sino no serían intemperies.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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