¿Se olvida una joven de sus joyas, o una recién casada de su vestido de bodas? Sin embargo, año tras año, mi pueblo se ha olvidado de mí.
Jeremías 2:32 (NTV).
Nada se compara con el gran amor de Dios, Él nos ama demasiado, tanto que, en lugar de abandonarnos, nos busca y en lugar de castigarnos, nos extiende su misericordia.
Una maravillosa relación terminó en el olvido
Todo comenzó cuando Dios liberó al pueblo de Israel de manos de los egipcios. En ese tiempo los israelitas vivían esclavizados en Egipto, hasta que Dios los liberó bajo la guía de Moisés.
Desde que Dios se manifestó para darles la libertad vieron Su poder de diferentes maneras, presenciaron cómo el mar se abrió, fueron testigos de cómo el maná cayo en el desierto para que se alimentaran y también vieron cómo Dios los acompañaba de día y de noche.
El Señor iba delante de ellos, y los guiaba durante el día mediante una columna de nube y les daba luz durante la noche con una columna de fuego. Esto les permitía viajar de día y de noche. El Señor nunca quitó de su lugar, delante de ellos, la columna de nube ni la columna de fuego.
Éxodo 13.21-22 (NTV).
Pero todo lo que hizo Dios, no fue suficiente para muchos israelitas, porque se olvidaron de Dios por mucho tiempo y no solo eso, muchos de los que habían visto a Dios hacer maravillas corrieron tras otros dioses. A causa de ello vino una tremenda ruina espiritual.
No te olvides de Dios
Israel olvidó a Dios cuando puso su mirada en las cosas del mundo y eso nos puede suceder a nosotros si nos descuidamos. Desafortunadamente pasa cuando nos encontramos, como el pueblo de Israel, en bendición o en abundancia. Por esa razón, el Señor dice:
Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Deuteronomio 8:11-14 (RVR 1960).
Es terrible llegar a olvidar a Dios y pensar que ya no lo necesitamos, porque caemos en un estado espiritual lamentable e impedimos que la gracia de Dios nos alcance.
Por esa razón, por ningún motivo olvides a Dios y si has llegado a una decadencia, si ahora estás mal espiritualmente y casi muerto, vuelve a Dios. Él no se ha olvidado de ti y está esperándote con los brazos abiertos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.