Esta es una época generosa en la producción de dioses que vayan delante de la multitud. Porque es incapaz de entender los tiempos y tomar decisiones individuales. Predomina la mentalidad de rebaño.
Pero esto no es nuevo:
Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a ese Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: Quien tenga oro, apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché al fuego, y salió este becerro.
Exodo 32:23-24 (RVR1960) – Las cursivas son agregadas
Dioses que vayan delante de la multitud
El dolor afina el pensamiento. La adversidad obliga a tomar decisiones a veces dramáticas. En tiempos de auténtica crisis, lo verdadero precipita y la tontería se muestra como espuma, como residuo sin peso.
Pero, como en el caso del episodio descrito en Éxodo, hay veces en que la crisis inclina a la gente a depender de otras personas. Buscan a alguien que los conduzca, que les resuelva el problema presente. No son capaces de salvarse a sí mismos.
Entonces, piden dioses que vayan delante de la multitud. Puede parecer curioso que pidieran dioses, pero es que eran hijos de su tiempo.
Hoy los pueblos no piden dioses, sino salvadores humanos. Líderes que les provean paz y prosperidad. A cambio, están dispuestos pagar cualquier precio.
Voluntad y fortaleza en lugar de dioses
En lugar de pedir dioses que vayan delante de la multitud, las personas fuertes, independientes, responsables, actúan.
Pero no parece haber mucha gente de ese calibre hoy:
La merma de coraje puede ser la característica más sobresaliente que un observador imparcial nota en Occidente en nuestros días. El mundo Occidental ha perdido en su vida civil el coraje, tanto global como individualmente, en cada país, en cada gobierno, cada partido político y por supuesto en las Naciones Unidas.
Aleksandr Solzhenitsyn, “Un mundo dividido”, discurso dado en Harvard el 8 de junio de 1978 – Cursivas agregadas
Vienen a la mente esas palabras de Daniel en el Antiguo Testamento, donde afirma que el pueblo que conoce su Dios se esforzará y actuará.
Esta época no necesita dioses que vayan delante de la multitud. Necesita mujeres y hombres de coraje, dispuestos a pagar el precio del cambio.
Es una época que necesita, una vez más, una auténtica revolución.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.