¿Por qué hablar de prácticas que te ayudarán a construir tu carácter? El carácter es uno de los aspectos más importantes que podemos desarrollar en nuestras vidas. Mientras vivimos en una sociedad que valora las apariencias y los logros externos, Dios nos llama a enfocarnos en lo que hay en nuestro interior: nuestro carácter.
Dios nos enseña a través de la Biblia que lo que somos por dentro tiene un impacto directo en cómo vivimos nuestras vidas y en cómo influenciamos a otros.
En este artículo, te compartiré cuatro prácticas que te ayudarán a construir un carácter fuerte y maduro modelado según el ejemplo de Jesús.
Prácticas que te ayudarán a construir tu carácter
1. Practica la afabilidad: El poder de la amabilidad
La afabilidad es un rasgo clave del carácter y se refiere a la capacidad de ser cordial, amable y compasivo en nuestras interacciones con los demás. A menudo, subestimamos el impacto de ser amables, pero la amabilidad puede abrir puertas que ninguna otra cosa puede.
Jesús fue un ejemplo perfecto de afabilidad. Aunque es el Hijo de Dios, trató a las personas con compasión y gentileza, independientemente de su estatus social o de sus errores.
Proverbios 15:1 (NTV) nos enseña:
«La respuesta amable desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos.»
Ser afable no sólo nos ayuda a mantener relaciones saludables, sino que también nos permite reflejar el amor de Dios a quienes nos rodean.
Para desarrollar la afabilidad en nuestras vidas es esencial que seamos intencionales al escuchar a los demás, mostrar empatía y ser pacientes. A través de pequeños actos de bondad y de palabras llenas de gracia, podemos reflejar el carácter de Cristo y crear un impacto duradero en nuestras relaciones.
2. Cultiva la bondad: El arte de servir
La bondad va más allá de simplemente ser bueno. Es una inclinación activa hacia el bienestar de los demás, y muchas veces, requiere sacrificio.
Jesús mostró la máxima bondad al entregar su vida por nosotros, pero también nos dio ejemplos de cómo ser bondadosos en las pequeñas cosas como: detenerse a sanar a los enfermos o alimentar a los hambrientos.
Efesios 4:32 (NTV) nos exhorta:
«Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.»
La bondad es un reflejo de la gracia que hemos recibido de Dios y debe ser extendida a los demás.
Una de las formas más prácticas de cultivar la bondad es a través del servicio desinteresado. Al servir a otros, no sólo estamos ayudando sino que también estamos moldeando nuestro propio carácter a la imagen de Cristo.
Si buscamos oportunidades para detenernos y servir, nos convertiremos en personas más generosas y más parecidas a Jesús.
3. Vive en sencillez: Decisiones que edifican
La sencillez no se trata sólo de vivir con menos, sino de vivir con intencionalidad. Se trata de priorizar lo que es verdaderamente importante y evitar las distracciones que nos apartan de nuestro propósito.
Jesús vivió una vida sencilla y enfocada. A pesar de tener el poder para hacer cualquier cosa, eligió vivir humildemente y dedicar Su vida a hacer la voluntad de Dios.
Santiago 1:5 (NTV) nos da una promesa para nuestras decisiones:
«Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará. No los reprenderá por pedirla.»
Parte de vivir en sencillez implica tomar decisiones sabias que nos alineen con los valores de Dios y nos alejen de la sobrecarga de la vida moderna.
Vivir en sencillez nos ayuda a desarrollar un carácter más enfocado y libre de distracciones. Implica aprender a decir «no» a lo que no nos edifica y «sí» a las cosas que realmente importan: nuestra relación con Dios, el amor por los demás y el servicio a Su reino.
4. Desarrolla la honradez: La base de la integridad
La honradez es un aspecto fundamental del carácter cristiano. Se refiere a vivir con integridad, siendo transparentes y fieles a la verdad, tanto en nuestras palabras como en nuestras acciones.
En un mundo donde las mentiras y el engaño son comunes, ser una persona de honradez es un testimonio poderoso de nuestra fe.
Proverbios 12:22 (NTV) dice:
«El Señor detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad.»
Jesús mismo es el ejemplo perfecto de integridad. Nunca comprometió la verdad y siempre actuó conforme a la voluntad de Su Padre.
Para construir un carácter basado en la honradez debemos ser conscientes de nuestras decisiones diarias. La integridad no se trata sólo de las grandes decisiones, sino de las pequeñas acciones que tomamos cuando nadie está mirando. Ser honrados significa ser coherentes con lo que creemos, incluso cuando es difícil o impopular.
EL CARÁCTER DE JESÚS COMO META
El carácter no se forma de la noche a la mañana. Requiere tiempo, esfuerzo y la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.
A través de la práctica de la afabilidad, la bondad, la sencillez y la honradez (bonhomía) estamos tomando pasos importantes para ser más como Cristo. Estas prácticas no sólo nos benefician a nosotros, sino que también permiten que reflejemos el amor y la gracia de Dios a los demás.
Recuerda que la transformación de nuestro carácter es un proceso continuo. Filipenses 1:6 (NTV) nos asegura:
«Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada, el día que Cristo Jesús vuelva.»
Mientras caminamos en esta jornada podemos confiar en que Dios está trabajando en nosotros y perfeccionando nuestro carácter.
IDENTIDAD PURA: BONHOMÍA
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Que Dios te guíe y te fortalezca en tu camino hacia un carácter más parecido al de Jesús. Amén.