A veces no tomamos conciencia de que el Espíritu Santo vive en nosotros cuando hemos pedido a Jesús que habite en nuestro corazón. Es Él quien nos da poder de tomar mejores decisiones que reflejen el Espíritu de Dios.
Y aunque nos cueste entenderlo, igualmente nos deja que seamos nosotros quienes tomemos esas decisiones. Él está allí, nos da la inspiración y nos anima a hablarle a otros sobre esa maravillosa verdad que conocemos, sobre que tendremos vida eterna si creemos en Jesús.
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8 (RVR 1960)
Y necesitamos conectarnos a diario con esa fuente única de poder que es el Espíritu Santo acudiendo a Dios en oración, clamando por Su presencia en nuestra vida y agradeciendo en todo momento todo lo que recibimos de Él.
De la misma manera que usamos el cargador del celular, usemos nuestra fuente de poder
Parece mentira que si hay algo de lo que estamos muy pendientes es de cargar nuestro celular, ¿no es cierto? Pues de la misma manera, con el mismo empeño y atención debemos estar pendientes de nuestra carga espiritual con nuestra fuente única de poder: Dios.
Nuestro maravilloso Dios que nos ha dado acceso directo a Su Majestad, ese inigualable Dios que dio Su vida por nosotros para que podamos pasar la eternidad a Su lado en ese paraíso que Él quiso que el mundo fuera, ese lugar maravilloso y perfecto donde Él habita.
Acudamos a primera hora del día a nuestra fuente única de poder para cargarnos de Su amor, gentileza, sabiduría y bondad sin igual. Agradezcamos a cada instante por todo eso y lo que ha hecho con nuestras vidas, por todo lo bueno que nos ha dado.
No dejemos de conversar con Él a diario, de leer Su Palabra, la Biblia, y hacer el bien en Su nombre, para Su honor y gloria. Dios nos ama de manera sin igual y debemos estar en rendición y admiración absoluta de Su Majestad. ¡El Creador de todo lo que existe nos ama!
Oración del día
Bendito y adorado Dios, gracias por todo tu amor y bondad, por amarme tanto. No tengo suficientes palabras para agradecerte tanto. Gracias infinitas por estar en mi vida, por escuchar mis oraciones y por todas y cada una de tus sin iguales bendiciones.
Ayúdame a estar siempre cargado de Tu fuente única de poder, Tu Espíritu Santo. Que yo esté sirviéndote a cada instante, inspirado y apoyado por Ti en Él. En el nombre de Jesús te lo pido, amén.
Aplicación
Cuéntanos, ¿cómo haces para mantenerte conectado a la fuente única de poder de Dios, Su Espíritu Santo?