¿Cómo se pierde el primer amor con Dios?

¿Cómo se pierde el primer amor con Dios?

La Biblia nos advierte que el primer amor con Dios se puede perder, y que debemos estar alertas para que eso no suceda con nosotros. Y es que a veces nuestra relación con Jesús puede estar flaqueando, y nosotros no nos damos cuenta de lo que sucede hasta que estamos tan apartados que no sabemos cómo volver.

Por ese motivo es importante aprender cómo se puede perder ese primer amor, y corregir nuestros errores.

El primer amor con Dios se pierde cuando…

Seguimos cometiendo un pecado

Todos pecamos, ya sea en pensamiento o acción; es por eso que siempre debemos pedirle perdón a Dios. Sin embargo, esto no termina allí: debemos cambiar nuestra actitud. De nada vale que pidamos perdón si volveremos a caer en lo mismo.

El problema con ser persistentes en un pecado es que nos aleja de Dios. Cuanto más lo practicamos, más lo normalizamos y creemos que está bien. Es allí cuando nuestra relación con Jesús sufre.

Practicar un pecado repetidamente hace que perdamos el primer amor con Dios y nos lleva a buscar justificaciones y excusas para nuestro comportamiento; en lugar de humillarnos y buscar el perdón de Dios.

Nuestra relación con Él se convierte en una rutina

¡Mira hasta dónde has caído! Vuélvete a mí y haz las obras que hacías al principio. 

Apocalipsis 2:5 (NTV)

Hay matrimonios que llegan al divorcio porque su relación deja de ser por amor y se convierte en una rutina. De igual forma, cuando dejamos que nuestra relación con Jesús sea una costumbre que practicamos sin pensar, entonces es cuando se pierde el primer amor con Dios.

Las relaciones interpersonales requieren de esfuerzo y trabajo; y la relación con Dios no es la excepción. Si queremos mantener viva nuestra comunión con Él debemos pedir la ayuda del Espíritu Santo, además de:

  • Leer y practicar la Biblia.
  • Orar.
  • Ser parte de una comunidad de creyentes.

Cada una de estas acciones nos mantiene conectados a Dios y, como consecuencia, nos ayuda a ver la vida a través de Sus ojos; de modo que ya no somos nosotros los que elegimos nuestro camino sin pensar, sino que es Dios quien actúa por medio de nosotros.

Dios deja de ser una prioridad

Yo sé todo lo que haces. He visto tu arduo trabajo y tu paciencia con perseverancia. Sé que no toleras a la gente malvada. Has puesto a prueba las pretensiones de esos que dicen ser apóstoles pero no lo son. Has descubierto que son mentirosos. Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido. Pero tengo una queja en tu contra. ¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio!

Apocalipsis 2:2-4 (NTV)

En la Biblia encontramos un ejemplo de cómo se puede servir a Dios sin amarlo. En Apocalipsis hay una carta en donde se llama la atención a un grupo de creyentes que trabajaban para Dios, pero no lo amaban como antes.

Algunos piensan que ir a la iglesia y servir a la congregación es suficiente para tener una comunión firme con Dios. No obstante, el trabajo espiritual no debe reemplazar al dueño del trabajo: Dios.

Si has identificado alguno de estos comportamientos en tu vida, nunca es tarde para recuperar tu primer amor con Dios y renovar tu fe en Él. Recuerda que vivimos en una época de gracia y misericordia, y podemos acudir a Jesús y pedir perdón por nuestros pecados, y cambiar nuestro proceder.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana

CVCLAVOZ

. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

CVCLAVOZ

Facebook
Twitter
Email
LinkedIn
WhatsApp

Por qué no debes obedecer a tu corazón

Algunos consejos actuales dicen que debes obedecer a tu corazón; pero la Biblia nos dice que esto no es lo mejor para nosotros.

Cómo puedes dejar que Dios te ayude con tus cargas

Es común sentir que todo es demasiado y que las cargas pueden parecer abrumadoras, pero no estás solo. Deja que Dios te ayude con tus cargas.

Entrega tus cargas y el Señor cuidará de ti

Entregar nuestras cargas a Dios es un acto de humildad, reconociendo que el Señor cuida de nosotros en todo momento.

Tiempo de lectura:

2 minutes

Autor

Comentarios

Likes

2

Deja un comentario