¿Ya han pasado varios días de Enero, y aún no has iniciado con los propósitos que te planteaste a fin de año? “El lunes empiezo” es una frase muy común, sobre todo cuando se trata de postergar algo que requiere de esfuerzo, cambio de actitud o hábitos, siempre surgirá alguna excusa para dejarlo para un día más. Sin embargo, cada día, es una oportunidad que Dios nos da para empezar de nuevo, no importa que día de la semana, o del mes te encuentres, no tienes que esperar hasta mañana o hasta el lunes, si no empezar hoy.
Retoma tu meta, y aunque a veces no es fácil lo que nos proponemos, es importante accionarnos y contar con la dirección de Dios para alcanzar la meta final. Por ello te comparto tres pasos a seguir que te facilitará llegar a tus metas, logrando lo que persigues.
Primero, tu meta debe ser ESPECIFICA
Es importante avanzar y crecer en las diferentes áreas de nuestra vida, por lo que puedes empezar por fijar 1 ó 2 metas en algún área, ya sea en lo familiar, espiritual, laboral y/o personal, es muy importante que sea concreto y no de tu vida en general. Por ejemplo, y este es muy común en nosotras las mujeres, el cuidar la salud física, hacer dietas y ejercicio.
En este caso lo específico sería: ¿Cuál es el peso que quieres llegar? Otro ejemplo pudiera ser ¿Cuánto dinero quieres ahorrar para comprar algo que te gusta? Servir a los demás en algún institución de beneficencia, o tal vez tu meta es retomar algo que dejaste en el camino, y como sabes nunca es tarde para empezar de nuevo. Cualquiera que sea tu objetivo, es importante que sea específico, también anótalo para que lo tengas en un lugar visible y lo estés recordando.
Segundo, tu meta debe ser MEDIBLE
Como sabemos, una meta es un destino, algo que deseas tener o lograr. Es como una guía que dirige tus pasos hacia aquello que más quieres para tu vida. Por eso las metas deben tener un plazo realista, debes decidir cuáles puedes lograr en un período más corto y a las que darás mayor prioridad. Esto es establecerlos en objetivos de corto, medio y largo plazo para facilitar que sean más alcanzables, y así al término de unos días, meses o un año habrás medido si lo cumpliste o no.
Tercero, tu meta debe ser ALCANZABLE
Dividir nuestras metas en pequeños pasos ayuda muchísimo, pero de nada servirá si los objetivos no se cumplen. Por ello establece metas que estén dentro de tus posibilidades, así evitarás la frustración de quedarte en el camino y refuerzas tu capacidad para conseguirlas.
Cuanto más claras y precisas tengas tus metas, más eficazmente pondrás los medios para alcanzarlas. Entonces, establece tus metas por escrito las cuales deben ser específicas, medibles y alcanzables.
Por último oro para que Dios, te ayude a cumplir tus objetivos, así como el valor para retomar aquello importante que has dejado en el camino y debes alcanzar.
Norma Peraza
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El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.