“Cuando el diablo te quiera recordar de tu pasado recuerdale de su futuro.”
Uno de los momentos en los que los cristianos nos sentimos más atemorizados es cuando recordamos el pasado. Claramente, ninguno de nosotros está capacitado para poder recorrerlo, sin encontrar fallas, o para poder transitar por esta vida, sin haberse equivocado, haber fallado o confundir el camino alguna vez.
Y PEOR AÚN, SIN PODER HACER NADA PARA CAMBIARLO DESEANDO HACERLO TODO!
Justamente, por eso es que cuando vienen los momentos difíciles en la vida, con lo primero que nos atacan es con nuestro pasado. “Si tu hiciste eso, ¿Como es que ahora puedes venir a hablar de aquello?” ”¿El que nos viene a hablar de Dios, o de que podemos ser mejores, es la misma persona que hizo aquello días atrás?”
Y las miradas, y las acusaciones por lo que pasó nos hacen ver cada vez más pequeños en este mundo que muchas veces atemoriza con su definición de nosotros mismos.
Cristo tiene tu futuro en sus manos. El Vino a poder romper con esa “condena”que te corresponde y a darte una identidad en Él.
Somos humanos que estamos todos los días siendo transformados por el acto que hizo Jesús por nosotros. Los cuales no somos perfectos, ni estamos cerca, pero que si queremos agradar a Dios y ser cada día mejores.
No dejes que te digan quien eres. Tienes una identidad en Él.
VE HACIA TU FUTURO CONFIADO QUE ÉL ESTARÁ ALLÍ.