CVCLAVOZ- Sí, en todos lados leemos o escuchamos esto: (Todo lo que necesitas es…) y al hacer esta apreciación, me puse a pensar profundamente en que es lo que en realidad necesito. Ahí es donde viene lo realmente complicado, o mejor digamos, lo más profundo…
Muchos necesitamos lo básico para vivir, famila, alimento, agua, luz, ropa, un techo, cuidar la salud, trabajo, entre otras cosas que quizá no valoramos en el día a día. Otros quizá necesiten lujos, carros, fiestas, mucho dinero, un físico perfecto, y miles de “amigos” que aplaudan todo lo que hacen, o simplemente la apariencia de ser el centro del universo (una inseguridad terrible, disfrazada en superioridad insoportable o falsa humildad). Muchos pueden requerir algún tipo de atención o cuidado de salud especial, por alguna condición tienen que enfrentar y no se quejan de su vida como, normalmente, hacemos todos los demás – bueno, bueno, algunos de nosotros-. O habrán aquellos que necesitan soledad, tristeza o simplemente sentirse mal, para hacer de su vida, una vida.
Que se yo, en muchos de estos aspectos he encajado alguna vez. No reconocer ciertas condiciones en mi vida, me llevaron a tener tropezones en mi interior de los cuales, aunque duros y no tan justos, aprendí la lección.
Sin embargo, hoy recuerdo unas sabias palabras que escuché hace algún tiempo en un bus camino a la universidad: La vida no es el derecho que te ganas por un arduo trabajo, por una linda cara o sólo porque sí; la vida es un regalo inmerecido, que muchas veces poco valorado, maltratado o ignorado; olvidamos cuidar y sobretodo dar el lugar que merece. Nos olvidamos de que es un tesoro que Dios nos puso en las manos, para cuidarlo y hacer del mismo una hermosa obra de arte.
Actualmente hay muchos que, por diferentes circunstancias, no encuentran ni entradas, ni salidas, pero es Dios la respuesta, es Él la razón de todo en todo.
Lo que necesitas realmente es mirar con otra perspectiva lo que te rodea, el amor ya está, porque Dios es el amor en su máxima expresión, sólo debes hacerlo parte real de tu vida; no se trata de un acto de magia que de un segundo a otro se te aparece a la vista, es un trabajo de cuidado, de mantenimiento. Todo lo que necesitas es entender que tu vida es como una semilla plantada, tu decides si la riegas, la alimentas y la cuidas de tal forma que crezca hermosa y fuerte, o si prefieres, dejarla en el olvido y verla morir sin haber florecido.
Todo lo que necesitas es, decidirte de verdad a buscar en Jesús la respuesta a todos los interrogantes de tu vida.
Lo que realmente necesitamos es a Jesús.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.