Aunque la Biblia nos enseña que somos aceptados en Cristo, que Él nos ha llamado Suyos, sentimos que debemos procurar, a cambio de eso, una vida buscando Su aprobación. Y entonces luchamos para diferenciar entre aprobación y aceptación.
Y cuánto nos cuesta aceptar a quienes piensan diferente a nosotros, tal vez a quienes tienen otro estilo de vida que nosotros, pero recordemos que Dios nos aceptó y nos llama a aceptar a otros para que Dios reciba la gloria.
Por lo tanto, acéptense unos a otros, tal como Cristo los aceptó a ustedes, para que Dios reciba la gloria.
Romanos 15:7 (NTV)
Sigamos el ejemplo de Jesús quien nos ha aceptado radicalmente a todos
Jesús nos dio buen ejemplo, porque buscaba a los que nadie tenía en cuenta, se juntaba con quienes para otros eran cuestionables. Y nos dejó ver que eso era lo correcto. Muchos que dicen ser religiosos o piadosos, no siempre lo son cuando se trata de aceptar a otros.
Y es cierto que hay una agenda general en el mundo para tratar de hacer ver lo que no está bien como que sí. Lo que no es normal como si lo fuera. Pero como cristianos, necesitamos aceptar a las personas diferentes y orar por ellos, sin rechazarlos ni señalarlos. Somos todos tan pecadores como ellos.
Cuando los maestros de la ley religiosa, que eran fariseos, lo vieron comer con los cobradores de impuestos y otros pecadores, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué come con semejante escoria?». Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí. No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».
Marcos 2:16-17 (NTV)
Fuimos llamados a aceptarnos unos a otros. A amarnos unos a otros y nosotros no somos quienes para juzgar ni condenar. No quiere decir que debemos aprobar de todo lo que hagan, pero los debemos aceptar radicalmente, como Dios nos ha aceptado a nosotros. Cuando lo hacemos, la gloria es para Dios.
Oración del día:
Padre Amado y Bondadoso, vengo hoy ante Ti a pedirte que me ayudes a aceptar a otros radicalmente, como Tú nos has aceptado a todos. No permitas que me sienta con derecho de juzgar ni cuestionar. Que no sea yo de las personas que señalan, creyéndome con autoridad para ello. Sé que eso no es lo que Tú deseas de mí. Por eso vengo a Ti, y te imploro que me dejes saber incluso cuando esté pensando hacerlo, que Tú todo lo ves y lo sabes, para que no caiga yo en ese error. Te lo pido en el nombre de Tu Hijo Jesús, amén y amén. Gracias Padre.
Aplicación:
¿A qué personas has criticado o señalado por ser diferentes de lo que se supone que es aceptable incluso a los ojos de Dios? ¿Estás consciente que para Dios todo pecado tiene la misma medida? Esperamos tus respuestas aquí mismo. Gracias.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ