Les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que necesiten, ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones!
Isaías 65:24 (NTV)
Hace varios años hubo un notable predicador del evangelio en Alemania, Pablo Gerhardt. Quien no tenía reparo en predicar las verdades que había encontrado en la Biblia.
Su fidelidad no le gustó al gobernador de Brandenburgo, que era un cristiano nominal, y por eso dispuso que Gerhardt saliera de su estado.
El fiel servidor de Dios envió una carta al jefe de su estado diciéndole que sentiría mucho tener que dejar su país y exiliarse a donde no tendría otros amigos que lo sostuviesen pero que prefería antes morir que dejar de predicar lo que la Biblia le enseñaba.
El resultado fue que tuvo que salir exiliado con su familia.
Al ponerse el sol, el primer día de su viaje, entró en una posada de las de su tiempo, donde no se daba un pedazo de pan si no era pagado al contado. Gerhardt no tenía más que la cantidad necesaria para pagar su estancia por la noche.
El predicador salió al bosque, cuando le vino a la memoria el versículo 5 del salmo 37: «Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará» (RVR1960)
Meditando en ese versículo compuso un himno de 6 estrofas, cada una de las cuales empezaba con una palabra del salmo. Una vez que terminó volvió a la posada y contó a su esposa cómo Dios le había dado ese versículo consolador.
Los esposos se arrodillaron y oraron encomendando a Dios su camino. Mientras oraban oyeron una llamada insistente en la puerta. El viajero se presentó al dueño de la posada diciendo que venía de parte del duque Christian de Meresburgo y que buscaba al ministro del Evangelio llamado Pablo Gerhardt, para quien traía una carta importante.
El posadero llamó a Pablo, quien leyó el mensaje enviado por el duque: Pablo Gerhardt, he oído que te han expatriado; ven a mi país y tendrás casa, sostenimiento y libertad para predicar a tu gusto.
Dios había tocado el corazón del duque antes de que su siervo orase porque conocía su necesidad.
Antes de que me llamen
Dios conoce nuestras necesidades aún antes de que se las presentemos y Él ya nos ha dado una respuesta. A veces no es como queremos o lo que esperamos, pero Dios siempre nos da lo que necesitamos y en el momento justo.
Si estás atravesando una circunstancia difícil puede ser muy duro orar y no ver una respuesta. Pero debes confiar en que Dios responde nuestras peticiones y lo hace en el momento justo.
Oración del día
Señor, este día te pido que me ayudes a confiar en ti, que aunque no vea una respuesta inmediata o no sea de la forma que yo espero, pueda tener la certeza de que tu conoces mi necesidad y ya has respondido a mi petición. En el precioso nombre de tu Hijo Jesús, amén.
Aplicación
Existen oportunidades en las que las respuestas a nuestras oraciones son visibles ese mismo instante y para otras debemos esperar un poco, ¿en qué oportunidad recibiste una respuesta rápida como la de la historia?
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.