Seguramente hay mucha gente que piensa que confiar es igual que creer; sin embargo, hay una sutil pero importante diferencia.
Más allá de creer
Un príncipe y su esposa visitaban una fundición, y el encargado les dijo que si primero se sumerge la mano en agua puede recibirse en la mano el metal fundido sin ningún peligro. Luego invitó al príncipe a hacer la prueba:
- No, gracias- dijo el príncipe- Acepto su palabra.
Entonces el encargado técnico hizo igual propuesta a la princesa, la cual inmediatamente sumergió la mano en agua y luego recibió en ella un poco del metal derretido.
Benditos son los que confían en Él
En la historia vemos que el príncipe creyó en lo que el encargado le decía, por eso le dijo que aceptaba su palabra. Sin embargo, la princesa confió en lo que decía y en que no le pasaría nada malo si probaba lo que decía.
Es probable que la princesa pudiera sentir algo de temor, pero confió en que lo que el hombre les dijo y decidió dar un paso al frente haciendo la prueba.
En nuestra vida pasa algo parecido. Muchas veces decimos creer en Dios pero al momento de tomar acción no nos atrevemos.
Mucha gente cree en Dios pero pocos confían realmente en Él y dan pasos de fe. Y tú, ¿eres solamente de los que cree o de los que confía?
Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.
Jeremías 17:7 (NTV)
Confía en Dios y aprópiate de sus promesa, ¡Él nunca falla!
Oración del día:
Señor, yo creo en ti y en toda tu obra maravillosa para mi vida, pero admito que a veces me paraliza el miedo o la incredulidad y no doy pasos de fe para apropiarme de tus promesas. Perdóname Señor y ayúdame a confiar ciegamente en ti, como lo hace un niño pequeño con su padre. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación:
No es fácil dar pasos de fe pero cuando lo hiciste, ¿cómo te sentiste? ¿fue fácil dar ese paso? Cuéntanos tu experiencia.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.