La Torre de Pisa en Italia es uno de los atractivos turísticos más conocidos porque ha venido inclinándose hace más de 800 años sin haber caído todavía. Tanto turistas como científicos, arquitectos e ingenieros se maravillan ante este hecho; por esto, desde el año 1911 un profesor de la universidad de Pisa mide la inclinación de la torre. Cada año la medida de la inclinación ha aumentado en una fracción de pulgada.
La torre empezó a ser construida en 1173 por el famoso arquitecto Bonano Pisano, quien cesó de trabajar en ella en 1185, cuando la torre había alcanzado sólo tres pisos y medio de altura.
Noventa años más tarde, un nuevo arquitecto añadió tres pisos y medio más. La torre ya empezó a inclinarse desde que se inició esta segunda parte de la construcción. En vez de corregir el fundamento, el arquitecto, sólo trató de corregir la inclinación erigiendo los pisos superiores verticales.
Pasaron ochenta años más y un nuevo arquitecto puso la cúpula del octavo piso, y la torre siguió inclinándose.
Se han presentado muchas teorías para explicar la inclinación. La mejor es que el fundamento se halla sobre un terreno blando y acuoso, por ello se hunde en la tierra que no es firme.
También se propusieron toda clase de teorías ingeniosas pasa enderezar la torre, incluso el sostenerla con globos. Pero los entendidos dicen que hay que reconstruir el fundamento y entretanto sostener la torre, que pesa 14.500 toneladas, de alguna forma. Si no se hace esto, inevitablemente caerá en algún momento.
La torre de Pisa bien puede representar a muchas personas que buscan solucionar su vida añadiendo actividades, pidiendo mejoras sociales, confiando en políticos o profesionales que prometen darles solución a sus problemas sin ir a los fundamentos.
La verdadera solución para los problemas que enfrenta la humanidad está en ir a los pies de Dios. Nuestra naturaleza hace que nos inclinemos cada vez más al mal y eso nos lleva inevitablemente a una catástrofe si no buscamos corregir nuestra vida desde el fundamento, lo que sólo puede ser hecho por Dios.
Nada ni nadie va a poder darnos una verdadera solución a nuestras vidas. Solamente Dios, nuestro Padre, puede corregir aquello que está mal, sanar heridas, quitar vicios, darnos una razón de vivir y nos promete que jamás seremos sacudidos si creemos en Él.
Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: « ¡Miren! Pongo una piedra de cimiento en Jerusalén, una piedra sólida y probada. Es una preciosa piedra principal sobre la cual se puede construir con seguridad. El que crea jamás será sacudido.
Isaías 28:16 (NTV)
No busques más soluciones pasajeras, deja de confiar en los hombres y permite que Dios trabaje en ti, que Él sea la roca sobre la cual descansa tu vida.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.