Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
2 Corintios 10:4 (RVR 1960).
Los soldados que van a la guerra siempre están bien equipados para hacer frente al enemigo. Sería insensato que un soldado raso enfrente al enemigo sin armas o no tenga el equipamiento necesario. Del mismo modo, como hijos de Dios debemos comprender que estamos en constantes batallas. El ignorar este aspecto nos llevaría a no prepararnos adecuadamente o a no considerar necesario ponernos la armadura de Dios, lo cual nos haría un blanco fácil del enemigo.
Por esta razón es importante colocarse la armadura de Dios y estar siempre listos para enfrentar los ataques del adversario. Tomando en cuenta que: ”Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos.” 2 Corintios 10: 4 (NTV). Te animo a enlistarte y ser uno de los soldados del Rey para ir de victoria en victoria.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.