Cierta amable señora, yendo de paseo se topó de pronto con una niña jovencita que llevaba en  brazos a un pequeño muy gordito y pensó: “Debe pesar más que ella”

Se acercó amablemente a la niña y le dijo:

      – Hija mía, ¿No te parece que llevas una carga demasiado pesada para ti?

      – ¡Oh, no, señora! No es una carga, es mi hermanito.

En Gálatas 6:1  el apóstol Pablo les pide a los creyentes de Galicia que ayuden, con ternura y humildad, a los hermanos que hubieran caído en algún pecado para que puedan volver al camino. Y en el versículo 2, del mismo capítulo, les dice:

“Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo” Gálatas 6:2 (NTV)

Cuando nuestros hermanos están en dificultades, pasando por tribulaciones o han caído en algún pecado, no es nuestro deber juzgarlos ni condenarlos; a nosotros se nos pide que los ayudemos a levantarse y llevar sus cargas.

En Marcos 12:30, 31 Jesús dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que estos” (NTV) Esto también implica levantar a los que han caído pero no como una obligación o como si fueran una carga, sino con amor, haciendo nuestro ese peso que llevan.

Cuando realmente amamos a alguien, el sacrificio que podamos hacer por esa persona, el tiempo que le dediquemos, los recursos que invirtamos, las oraciones que hagamos a su favor, etc. no son una carga.

¿Cuánto amas a tus hermanos? ¿Los ayudas a levantarse? ¿Estás cumpliendo con el mandamiento de Jesús? Todos llevamos diferentes cargas y necesitamos de nuestros hermanos. Si ves a alguien en necesidad no seas indiferente ni lo juzgues, ayúdalo con amor, tal como lo haría Jesús.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario