Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado. Tenía setenta y cinco años cuando salió de allá para ir a la tierra de Canaán.
Génesis 12:4 (DHH)
Abram fue un gran hombre de fe que nos dejó valiosas enseñanzas en cuanto a la sumisión y obediencia que debemos tener ante lo que Dios nos pide. Ningún mandato de parte de Dios era cuestionado por él, simplemente cumplía, en Génesis 12:1 Dios le dijo a Abram: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar”. Abram no se puso a pensar el riesgo que correría al salir de su tierra o separarse de su familia, prefirió obedecer y experimentar la soberanía de Dios.
Es interesante cómo Dios actúa a través de la obediencia, porque la actitud de Abram no solo le trajo bendición a su vida, sino también para sus generaciones conforme a la promesa que le había dado “Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente” Génesis 26:4 (RVR 1960)
Vimos claramente como Abram y su descendencia fueron bendecidos por causa de la obediencia, por lo tanto ¿quieres bendición para ti y los tuyos? Obedece a Dios porque esta actitud siempre traerá bendición para tu vida.
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