¿Cuál es tu reacción cuando te ves en el espejo? ¿Te emociona ser como eres o buscas compararte con otras personas? Si tu respuesta es afirmativa a esta última pregunta, el desafío que tienes es entender que Dios te ha creado como un ser único y especial, con dones y cualidades que debes descubrir y desarrollar a lo largo de tu vida.

¿Te imaginas estar en el cuerpo de la persona con la que te has estado comparando? Estoy segura que te llevarías una gran sorpresa porque, además de todo lo bueno que hay en él o ella, también tiene sus propios problemas no resueltos, sus luchas, sus momentos desagradables, sus complejos y lo más asombroso de todo es que también se compara con otras personas. ¿Parece un círculo vicioso, verdad?

Entonces… ¿Por qué tratar de ser como otros, si Dios te ha hecho singular?

La comparación sólo te roba tiempo, energía, enfoque y el gozo de vivir en armonía por tratar de ser lo que no eres. No estás aquí para impresionar a nadie, no tienes que comprobar cuán bueno eres o no, Él ha puesto en ti todo lo que necesitas para tener éxito en lo que emprendas.

Ya no te martirices creyendo que otras personas son mejores que tú, porque al hacerlo llegas a  desvalorizar su obra maestra, a rechazar su creación e insinuar que Dios no es perfecto y que no te ama, cuando la Biblia dice en Jeremías 31:3 (LBLA)

“(…) Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.”

¡Piénsalo! Y decide dejar las comparaciones que no te permiten correr tu propia carrera y sólo te limitan al momento de alcanzar tus propósitos; porque cuando lo entiendas no sólo empezarás a disfrutar tu vida, sino también comenzarás a ver cómo sus dones y talentos van desarrollándose en ti.

¿Quieres mejorar? Empieza por darle el control de tu vida a Dios y si tu entorno te ha impulsado a desvalorizarte resaltando sólo tus defectos, te animo a elaborar una lista con tus cualidades positivas, destacando tus áreas fuertes y las características que te hacen único, lo cual te ayudará a reconocer lo especial que eres delante de Dios y  de los demás.

Recuerda que fuiste creado por un ser divino que pensó en ti desde antes que estuvieras en el vientre de tu madre.

«Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo». Jeremías 1:5 (TLA)

Por Ruth Mamani

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario