La Biblia nos enseña que la felicidad sólo viene de Dios. Esto implica que viene en el tiempo que Él considera adecuado. Muchas veces podemos pensar que Él nos ha abandonado y estamos solos contra el mundo; no obstante, Dios se preocupa por su creación y siempre muestra su amor.
La felicidad es vivir con la esperanza puesta en Dios, pese a las circunstancias. Una vez que aprendemos eso, no habrá problema que nos separe del amor de Dios:
Filipenses 4:12-13
«Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.»
2 Corintios 12:10
«Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.»
1 Pedro 4:13
«Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo.»
Job 5:17
«¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso.»
Salmos 37:4-5
«Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.»
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.