Todos pasamos por periodos en donde pensamos que no hay nadie a nuestro lado y que estamos completamente alejados de lo que sucede a nuestro alrededor. Sin embargo, la Biblia nos dice que en realidad no estamos solos, ya que Jesús está con nosotros siempre. Dichos versículos nos sirven de consuelo y nos ayudan a depositar nuestra fe en Dios.
Por otra parte, es importante recordar que la tristeza es un sentimiento común del ser humano. Por lo tanto, no hay nada de malo en sentirse triste. Pero si esta emoción persiste, debemos buscar la ayuda de especialistas para comprender el motivo y enfrentar el problema.
Versículos de consuelo cuando te sientes solo
Dios mismo será tu guía, y te ayudará en todo; él jamás te abandonará. ¡Echa fuera el miedo y la cobardía!
Deuteronomio 31:8 (TLA)
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar.
Salmos 46:1-2 (NTV)
Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.
Salmos 27:10 (NBD)
Padre de los huérfanos y juez de las viudas es Dios en su santa morada. Es el Dios que hace habitar en familia a los solitarios y saca a los cautivos a prosperidad; pero los rebeldes habitan en sequedales.
Salmos 68:5-6 (RVA-2015)
A pesar de todo, siempre he estado contigo; tu poder me mantiene con vida, y tus consejos me dirigen; cuando este mundo llegue a su fin, me recibirás con grandes honores. ¿A quién tengo en el cielo? ¡A nadie más que a ti! Contigo a mi lado, nada me falta en este mundo. Ya casi no tengo fuerzas, pero a ti siempre te tendré; ¡mi única fuerza eres tú!
Salmos 73:23-26 (TLA)
¡Que tu amor me sirva de consuelo, conforme a la promesa que me hiciste!
Salmos 119:76 (DHH)
Dios sanó las heridas de los que habían perdido toda esperanza.
Salmos 147:3 (TLA)
La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes. No se turbe su corazón ni tenga miedo.
Juan 14:27 (RVA-2015)
Eso mismo les pasa a ustedes, ahora están tristes, pero cuando vuelva a verlos se alegrarán y nadie podrá quitarles esa alegría.
Juan 16:22 (NBV)
Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:38-39 (NTV)
…porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré.» Así que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?»
Hebreos 13:5-6 (DHH)
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