En el segmento junto a la licenciada Débora Pedace hablamos de cómo afecta la salud mental en las relaciones.
Vivimos en una era donde el relacionamiento es inevitable. Nadie puede elegir no relacionarse. Se da por sentado y es necesariamente obligatorio tanto para un bebé cuando nace como para el anciano que abandona este cuerpo terrenal. Todos y en todo momento nos estamos relacionando (incluso aquellos que deciden aislarse, también esa es una forma de relacionarse).
¿Cómo afecta la salud mental en las relaciones?
Conversemos sobre la incidencia que tiene nuestra salud mental sobre nuestras relaciones. Cómo repercute en los vínculos una persona que padece un trastorno a nivel emocional y psíquico o mental. Entendiendo a cada uno como diferentes áreas a las que debemos prestar atención para poder orientar, ayudar o sostener a quien lo necesite.
Nivel emocional
Cuando hablamos de nivel emocional, nos referimos al bagaje de emociones que la persona no puede controlar. A trastornos relacionados con las emociones y los sentimientos que se desregulan y que es necesario lograr el equilibrio de los mismos para ser personas maduras y adaptativas emocionalmente.
Cuando hablamos de psíquico o mental, nos referimos a los pensamientos que a esa persona la invaden, pensamientos abrumadores, intrusivos y constantes que hacen que la persona reaccione o se comporte de maneras inadecuadas.
¿En qué nos puede afectar?
Cuando una persona padece algún trastorno (emocional o mental), ya sea transitorio o con diagnóstico prolongado, indefectiblemente afectará su círculo más cercano en primer lugar y después —dependiendo la alteración y la intensidad de los síntomas—, todas sus relaciones. La buena noticia es que es posible estar en una relación saludable, amorosa y duradera con una persona que padece una enfermedad mental.
¿Quiénes pueden ser víctimas de algún trastorno?
A simple vista, uno puede observar que cualquier persona puede ser víctima de algún episodio o trastorno mental (casi la mitad de los adultos ha experimentado una patología de índole mental a lo largo de su vida). Lo cierto es que hoy se habla mucho más sobre el tema, y el hecho de ir al psicólogo ya no se percibe como un signo de enfermedad, sino por el contrario, de salud.
Las personas sanas son las que acuden a terapia porque logran darse cuenta de lo que viven, están más conectadas y pueden reparar. Por eso, creemos que estamos a pocos pasos de poder desterrar el estigma que existe sobre la salud mental y darle un giro para abordarla y no tenerle miedo a comunicar lo que nos pasa.
¿Qué hacer si estoy dañado?
Es evidente que cualquier persona dañada tanto en sus emociones como en sus pensamientos, afectará su forma de relacionarse. Pero también podemos asegurar que el ocultamiento como camino no es la mejor opción, sino la comunicación más estrecha y el pedido de ayuda para poder mantener relaciones sanas. Cuando uno logra hablar de lo que siente o experimenta, viene el alivio y los resultados son completamente satisfactorios. Claro que hay que tener en cuenta el ciclo vital que la persona está atravesando para poder trabajar de forma correcta. No es lo mismo un adolescente en plena etapa de cambios hormonales o una madre que acaba de nacer su primer hijo, a una persona que se ha divorciado o está atravesando un duelo, seguramente estarán más afectados y las relaciones más estrechas se verán mas perjudicadas.
Cuenta la licenciada Débora Pedace que desde @cti.psicologia siempre tienen en cuenta el contexto y la etapa del ciclo vital donde están.
¿Cómo podemos hacer para que la salud mental no afecte de forma negativa nuestras relaciones interpersonales?
- Es clave la comunicación de lo que nos pasa, el poder sentirnos en un ámbito seguro y pedir ayuda.
- En segundo lugar, comprometerse al autocuidado, siendo conscientes de las cosas que nos alivian los síntomas y ejercitarlas.
- En último lugar, desarrollar la paciencia, la empatía y la comprensión primero con nosotros mismos y luego con la persona que lo padece.
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El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.