Aunque no tenga nada de malo pedir ayuda, a muchos nos cuesta hacerlo. Puede que tenga que ver con orgullo. Es posible que tenga que ver con vergüenza o pena. Hay personas tan tímidas, que su timidez les dificulta el pedir ayuda.
Sin embargo, es una enseñanza importante tener en mente que cuando necesitemos ayuda debemos pedirla. Las personas no pueden adivinar que necesitamos la ayuda si no se los comunicamos.
No debemos pensar que tiene algo de malo el pedir ayuda. Es una cuestión de crecimiento personal. Cuando alguien está como cabeza de un equipo, no puede querer hacerlo todo. Es posible que lo pueda hacer mejor que otros, pero necesita dejar que los demás hagan su parte.
A los perfeccionistas se les dificulta pedir ayuda
Es una tendencia de los perfeccionistas el no dejar que nadie les ayude. Les parece mal porque sienten que eso los debilita ante los demás. Peor aún, no lo hacen porque sienten que nadie lo puede hacer como ellos o como ellos quieren que lo hagan. Esas personas tienden a criticar el trabajo de otros. Es importante recordar que todos somos diferentes. Si somos un equipo, cada uno tiene a su cargo una tarea. Debemos aprender a pedir ayuda.
Tengamos en cuenta nuestro cuerpo. Las manos tienen una función que algunos han logrado realizar con los pies. Pero si tenemos manos, ¿por qué usaríamos los pies para ejercer su función?
En la vida, las situaciones cambian, surgen demandas inesperadas de dinero, reparaciones que tenemos que hacer a un auto, a la casa. Puede que no sepamos reparar esas cosas. Es posible que no tengamos el dinero para pagar a alguien que las repare. Entonces, hay que pedir ayuda y no tiene nada de malo hacerlo. Es posible que si le comentamos a alguien nuestra necesidad, esa persona sepa quién nos puede ayudar o ellos mismos lo puedan hacer.
Debemos aprender a comunicarnos y a pedir ayuda si la necesitamos. No tiene nada de malo.
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