Ofreceré brevemente a mi estimada audiencia estas reminiscencias de un flaco inconcluso. Flaco e inconcluso son ideas con historia, no palabras efectistas. Explicaremos por qué.
Flaco histórico
“A ver, flacura, ¿cómo le fue en la escuela hoy?” me solía decir mi madre. A los cinco años una agresiva bronconeumonía me tuvo a horas de vivir una vida extremamente breve. Desde entonces nunca pude engordar decentemente.
Mi padre me advertía: “Hijo, escóndase cuando pase el compra-huesos”. Me imaginaba que mi progenitor estaba tentado a conseguir unos buenos pesos por mi esqueleto.
Como estas son reminiscencias de un flaco inconcluso de mediados del siglo pasado, tal vez no les sea familiar algo que ocurría en mi barrio de infancia.
Pasaban por nuestra casa mercaderes de la vida. Compra-huesos, compra-vidrios, ropavejeros, afiladores de cuchillos, estiradores de sommieres de huincha y vendedores de pescado ahumado. Además, panaderos y lecheros. Eran unos seres estrafalarios, simpáticos y dicharacheros. Inmortales para mi mente poblada de fantasías.
Flaco inconcluso
Estas reminiscencias requieren ahora tratar lo de inconcluso.
Hace muchos años, mi hermano menor David me regaló una vez un escrito titulado “A Benjamín, soñadorinconcluso (todo junto)”.
El argumento era que me había visto por años intentar todo. Agencias de publicidad, revistas, libros, misiones mundiales, proyectos educacionales. Muchos de esos proyectos acabaron muriendo lenta o abruptamente en el olvido.
Fragmento
El que nace flaco inconcluso, muere flaco inconcluso, parafraseando aquello de la cigarra. Esto es el fragmento de un discurso que di en alguna escuela:
Sueño con una comunidad de creyentes en donde junto a los Departamentos de Misiones, de Discipulado y de Ministerios Cristianos, exista un Departamento de Artes: habría espacios para la danza moderna, la música contemporánea. También para la pintura, la escultura, el arte digital, la literatura, el periodismo. Un Departamento de Formación Política para entrenar líderes para el servicio público. Un Departamento de Emprendimientos donde estimular las habilidades empresariales y de negocios.
“Yo tengo un sueño”, Benjamín Parra, 2008
Lo escribí hace 14 años. Como ven, es algo aún inconcluso. La versión completa está disponible sólo para personas verdaderamente interesadas.
Un flaco inconcluso canta hasta morir.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.