El matrimonio de un hijo es un evento emocionante que marca a toda la familia. La nueva pareja adquiere responsabilidades y emprenden juntos un viaje de por vida. Los que ya están casados saben a qué se enfrentan los nuevos esposos y es por ello que son los mejores para brindarles apoyo. Si embargo, todo tiene un límite y lo ideal es saber cuándo se puede ayudar y cuándo no. Para ser buenos suegros para una pareja recién casada, deben tener en cuenta los siguientes consejos:
Oren por la nueva familia
La nueva familia que se ha formado necesita mucho apoyo espiritual. Tal vez por la distancia u otras razones, ustedes no puedan estar cerca a ellos para asesorarlos cuando lo necesitan, pero lo mejor que pueden hacer es orar. Las oraciones de ustedes serán el soporte en el cual la nueva pareja construirá su fe. Incluso cuando no vean resultados inmediatos, Dios trabaja a su tiempo y actúa conforme a su plan; y sus planes siempre son de bien. Además, el ejemplo de una vida de oración es lo que sus hijos imitarán cuando formen sus propias familias.
Versículos para leer: Gálatas 6:2; Filipenses 4:6-7.
Sean ejemplo
Las mejores lecciones se enseñan con el ejemplo. No se puede exigir que alguien haga esto o aquello, si no somos los primeros en practicarlo. Un nuevo matrimonio será el reflejo de la relación de sus padres. Los valores y costumbres que vieron en sus hogares serán la guía para formar su nuevo hogar. Por tal motivo, para ser los mejores suegros, primero deben ser los mejores esposos. Ese legado se irá transmitiendo de generación en generación.
Versículos para leer: Efesios 5:1-33; Romanos 2:1.
Entiendan que su hijo ya no es de ustedes
Cuando un hijo o hija contrae matrimonio sale de la familia y se va a formar una nueva; esto no quiere decir que haya dejado de ser el hijo de ustedes, sino que su prioridad ahora está en su matrimonio. Esto significa que si quieren que este nuevo matrimonio tenga éxito, no pueden seguir tratándolos como si fueran solteros y estuvieran bajo su cuidado. Es importante darles su espacio y respetar que ellos tienen derecho a construir su familia bajo sus propios criterios.
Versículos para leer: Génesis 2:24; Mateo 19:5.
No den consejos cuando no se los pidan
Todo padre amoroso desea lo mejor para sus hijos, pero a veces, dar un consejo no solicitado parece más una señal de intrusión que un intento de ayuda. Así como los niños aprenden al caerse y comenten errores, así también el nuevo matrimonio necesita tomar sus propias decisiones y dejar que sus conflictos los unan. Algo práctico que se puede hacer es dejarles saber que ustedes están dispuestos a aconsejar en cualquier momento si es que ellos así los requieren.
Versículos para leer: Mateo 7:12; Proverbios 25:17.
Corrijan en amor
No aconsejar cuando no lo piden es una cosa, pero permitir que los hijos cometan actos en contra de su matrimonio y no hacer nada al respecto, es algo muy diferente. Si hay una actitud, del hijo o su cónyuge, que va en contra de los preceptos de Dios y daña el matrimonio, los padres tienen el derecho de corregir con amor. Cada padre conoce a su hijo y puede disciplinar y llamar a reflexión cuando él o ella esté transitando por un camino erróneo.
Versículos para leer: Efesios 6:1-4; Hebreos 13:4.
Cuiden sus palabras
Nuestras palabras tienen poder, con ellas podemos bendecir o maldecir, pero cualquier frase que digamos refleja nuestro corazón. Las palabras que ustedes utilicen para referirse al nuevo matrimonio, ya sea directamente hacia ellos o ante otras personas, tendrá un impacto en sus vidas. Propagar chismes, provocar conflictos, comparar o sacar a relucir temas pasados son las peores formas de comunicación. Si ustedes promueven una conversación sana y sabia, los nuevos esposos aprenderán de su ejemplo y esa familia será bendecida.
Versículos para leer: Mateo 15:18; Efesios 4:29.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.