La licenciada Débora Pedace desarrolló la infertilidad en todas sus variantes para aprender a vivir superando los desafíos de no poder tener hijos. Es una problemática cada vez más extendida debido a muchos factores, entre ellos la edad en la que hoy se plantea la idea de ser padres. Aunque también influyen otros de índole emocional y físicos que muchas veces ponen difícil la promesa de un hijo.
Superando los desafíos de no poder tener hijos
Este artículo va dirigido a aquellas personas que tienen el profundo deseo de convertirse en padres pero que, por múltiples causas, no lo han logrado aún. Débora Pedace dijo:
Permíteme decirte que lo que estás atravesando es bien difícil; pero quiero ofrecerte algunas herramientas que puedan amortiguar este impacto y logres el desarrollo de la resiliencia, no importando el resultado que obtengas.
Como muchos sabemos, la infertilidad es un trastorno del aparto reproductor, tanto masculino como femenino. Este consiste en la incapacidad para lograr el embarazo tras 12 meses, o más, de relaciones sexuales regulares sin protección alguna.
Causante de estrés psicológico
Sea por la razón que sea, esta incapacidad causa estrés psicológico al ser una situación que escapa al control de las personas y de la que no se habla demasiado. Por lo que suelen verse desbordadas y con pocas herramientas para gestionarlo. Esto causa mucha angustia, estigmatización y dificultades económicas, afectando el bienestar mental y psicosocial de las personas que lo enfrentan.
Lo que dicen las estadísticas
Según indica el último informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchos padecen o padecerán infertilidad en algún momento de su vida. Cerca del 18 % de los adultos, o sea 1 de cada 6 personas, estará expuesta a este problema. Esto nos da la pauta de que esta situación que va en crecimiento, debe ser abordada de manera inmediata para su tratamiento y prevención.
¿Cómo es el ciclo de la infertilidad en una pareja?
Se describe como una crisis vital a la cual, como vimos, contribuyen muchos factores y se ve traducida en un desgaste emocional por su carácter cíclico. Se repite una y otra vez la vivencia de esperanza, cuando el ciclo inicia y fracasó, cuando llega la regla en la mujer, marchitando la posibilidad en ese periodo.
Otros detalles sobre la mesa
Cuando se decide iniciar tratamiento para la concepción entran en juego otros elementos como:
- El costo económico.
- Las burocracias de salud pública de cada estado.
- El sometimiento a procesos quirúrgicos de alto impacto.
- La invasión a la privacidad sexual de cada persona y/o pareja, etc.
Todo lo mencionado da lugar a sentimientos de inadecuación, desesperación, pena, envidia y celos hacia la mujer embarazada, miedo, pérdida de la líbido, disfunción eréctil, inestabilidad emocional, pérdida de la autoestima, culpa, depresión y en muchos casos, ideación suicida.
El fracaso es un desenlace habitual en los tratamientos de infertilidad (70 %). Por eso, la licenciada considera tan importante el psicoeducar y ofrecer estrategias que les permitan continuar sin desarrollar quistes emocionales que terminen obstaculizando la calidad de vida.
¿Cuáles son las estrategias básicas para poder comenzar a lidiar en este proceso?
Lo más importante es desafiar el diagnóstico de muchas parejas que se enfrentan a la posibilidad de no ser padres de la forma que se imaginaban. Son muy efectivos los abordajes para aumentar las habilidades de enfrentamiento del problema.
La clínica terapéutica ha demostrado que, en la medida que los sentimientos son verbalizados, disminuyen los niveles de angustia. En su consultorio, la licenciada ofrece técnicas de relajación, habilidades sobre el manejo de la ansiedad y asertividad para expresar las emociones (claves para transitar el proceso).
Hay muchos desafíos al no poder tener hijos; pero es fundamental no ocultar el motivo de porqué no tienen hijos. Contar lo que nos ocurre es liberador en muchos aspectos. Buscar ayuda profesional adecuada para que los guíe a transitar todo este proceso y lidiar con las emociones que podrían llegar a desbordarse.